
La polémica Ley de Seguridad que impuso la República Popular China sobre Hong Kong a fines de junio continúa generando dificultades diplomáticas al gobierno asiático.
Además de ser criticada por varios países a nivel global, que evaluaron que se trataba de un fuerte retroceso en las libertades de los habitantes de la ex colonia británica, varias naciones tomaron acciones concretas en respuesta.
A principios de julio, el gobierno canadiense había suspendido el tratado de extradición con Hong Kong, en represalia a la mencionada normativa. En esa ocasión, desde Pekín acusaron a la administración de Justin Trudeau de injerencia en asuntos internos y de violar el derecho internacional.
En esta línea, Donald Trump anunció este martes el fin del trato económico preferencial que la potencia norteamericana le daba al centro financiero administrado por China. Además, promulgó una ley que prevé sanciones contra responsables hongkoneses y chinos de las represiones que tuvieron lugar recientemente.
Recordemos que la normativa entró en vigencia el 1 de julio, día en que se conmemora cada año el fin del dominio británico sobre el territorio y la vuelta de la subordinación a la potencia asiática. Sin embargo, contra las advertencias de Pekín y las autoridades internas, los ciudadanos realizaron grandes manifestaciones, pidiendo por la independencia de Hong Kong.
Las tensiones entre ambas potencias económicas globales suman un nuevo capítulo.
“Hoy firmé la legislación y la orden ejecutiva para hacer que China sea responsabilizada por sus acciones opresivas contra el pueblo de Hong Kong”, manifestó el presidente de Estados Unidos en conferencia de prensa.
Además, agregó que “ahora Hong Kong va a ser tratado igual que China continental”, perdiendo el tratamiento económico de privilegio que mantenían y el acceso a exportaciones tecnológicas.
“Les retiraron su libertad, mucha gente se irá”, vaticinó el mandatario, que se encuentra en campaña por la reelección presidencial.
Las autoridades chinas describieron las medidas del gobierno estadounidense como “una inferencia flagrante en los asuntos de Hong Kong y los asuntos internos de China”, de acuerdo al comunicado del ministerio de Relaciones exteriores.
“Para salvaguardar sus intereses legítimos, China aportará la respuesta necesaria e impondrá sanciones a las personas y a las entidades estadounidenses afectadas”, advirtieron.