Psicológos y psicólogas nucleados en la Red de Graduados “Poiesis” presentaron una petición al decano de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Xavier Oñativia, para pedirle que su actividad sea considerada una de las esenciales y poder así reabrir los consultorios y consultas presenciales en casos particulares que sean evaluados según criterio profesional y bajo protocolos de cuidado sanitario mediante.
Según contó a PolíticaYMedios Romina Urios -psicóloga, docente y miembro de esta agrupación que nació a fines del 2019 con el objetivo de debatir inquietudes para que la formación académica pueda acompañar la inserción profesional de los graduados- lo que se busca en estas horas es poner en valor el lugar que ocupa la Psicología en relación a otras disciplinas de la medicina hegemónica, sin que esto implique un cuestionamiento o una descalificación a las políticas adoptadas por el Gobierno Nacional.
“Buscamos corrernos de la antinomia salud-economía. Consideramos que las medidas del gobierno nacional son correctas y adecuadas, simplemente lo que estamos intentando es poder darle nuestra disciplina el prestigio que se merece en relación con otras”, contó la profesional.
Y agregó: “Históricamente el ejercicio de la Psicología estuvo relegado en relación al modelo médico hegemónico y lo que intentamos es un reconocimiento de nuestra practica como esencial. La salud mental es tan importante como la salud física o biológica”.
Urios fue clara a la hora de definir cómo se accionaría en caso de que la Psicología pasara a la lista de actividades esenciales. Así, contó que el propósito no es “salir a abrir los consultorios indiscriminadamente” sino atender “situaciones puntuales en las que los profesionales piensen que amerita este tipo de atención”.
“Hay ciertas situaciones en las que el profesional puede hacer una práctica de forma remota o virtual, pero hay otras en las que no. Que el ejercicio de la profesión sea esencial permitiría mayor flexibilidad para intervenir o trabajar. En este momento solo se considera esencial en situaciones de urgencia, pero nosotros detectamos que hay algunas situaciones que, sin ser necesariamente de urgencia, no es posible abordarlas desde un dispositivo electrónico y frente a esas situaciones ciertos sujetos quedan sin atención de salud mental”, detalló.
Así, destacó que el aislamiento preventivo y obligatorio es “una política eficaz” porque “evita la propagación del COVID-19 y aplana la curva de casos” pero que desde la Red de Graduados se ven “en la necesidad de jerarquizar nuestra práctica porque la atención en salud mental es necesaria cuando concebimos al sujeto de intervención como integral”.
[PETICIÓN AL DECANO]
“Cuando presentamos la nota al decano no planteamos que la declaración de esencialidad tenía que ser para apertura de consultorios, sino que frente a situaciones en las cuales el profesional considere que la atención de ese sujeto o grupo debe ser en forma presencial, se pueda realizar y que esto se haga con un protocolo que permita llevar a cabo las practicas que no pueden ser sostenidas por un dispositivo alternativo”, describió.
Urios contó que, durante la presentación que se realizó vía ZOOM, le solicitaron a Oñativia que arbitre los medios necesarios y pertinentes para aunar esfuerzos en esta situación tan compleja. “Nos escuchó atentamente y nos comunicó que iba a llevar nuestra propuesta a Asociación de Unidades Académicas de Psicología (AUAPSI), el organismo que nuclea a todas las facultades y también ante la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FePRA)”, detalló.
“Hay que considerar los efectos del aislamiento en la salud mental de las personas y la necesidad de brindad atención y sostén en estos momentos. Existen situaciones en que las personas no pueden sostener un acompañamiento virtual. Y si el profesional lo determina, pedimos que se pueda realizar un acompañamiento presencial con los recaudos necesarios para la salud física”, concluyó.