El presidente de la Nación, Alberto Fernández, definió la prohibición de “los despidos sin justa causa y por las causales de falta o disminución de trabajo y fuerza mayor” y las “suspensiones por las causales de fuerza mayor o falta o disminución de trabajo”.
La resolución tuvo lugar a través del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 329/2020 publicado ayer por la noche en un suplemento del Boletín Oficial del día de hoy, y apunta a contener el impacto de la crisis económica sobre los argentinos.
Entre las líneas que argumentan la medida, el texto expresa: “Resulta indispensable garantizar la conservación de los puestos de trabajo por un plazo razonable, en aras de preservar la paz social y que ello solo será posible si se transita la emergencia con un Diálogo Social en todos los niveles y no con medidas unilaterales”.
Paolo Rocca, dueño de Techint.
También se asevera que los despidos o suspensiones constituyen “una forma de agravar en mayor medida los problemas que el aislamiento social, preventivo y obligatorio procura remediar”.
En la misma sintonía, se creó el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción para empleadores y trabajadores afectados por la emergencia sanitaria, que establece una serie de iniciativas paliativas dirigidas a aliviar los esfuerzos económicos de los empleadores en este contexto y generar las condiciones para que las empresas puedan solventar la conservación de los puestos laborales.
Este paquete de medidas económicas implica la postergación o la reducción de aportes patronales y compensaciones salariales para las entidades, que serán variables de acuerdo al tamaño y cantidad de empleados de la firma. Además, sólo incluirá a sectores afectados por el parate (excluye a los rubros que siguen funcionando).
La coyuntura de fragilidad económica que desencadenó el aislamiento preventivo y obligatorio de la gran mayoría de la sociedad a causa de la llegada de la pandemia de COVID-19 al país había comenzado a hacer mella en la clase empresaria, y en algunas corporaciones se anunciaron despidos.
Nicolás Caputo, amigo y ex funcionario de Macri, dio la nota en su rol de empresario.
Tal fue el caso de Techint, donde se informó que se preparaban 1450 despidos a pesar de tener una espalda importante, siendo su dueño, Paolo Rocca, uno de los multimillonarios más acaudalados del mundo. Por no mencionar que es una firma que ha recibido numerosos subsidios estatales por llevar adelante obras públicas.
Esta situación generó un gran disgusto en la dirigencia política en general, y en el presidente de la Nación en particular, que tildó de “miserables” a aquellos que “olvidan a quienes trabajan para ellos y los despiden en plena crisis”.
El domingo pasado, en un comunicado de prensa transmitido desde la Residencia de Olivos, donde anunciaba la prórroga de la cuarentena obligatoria, Alberto Fernández volvió a referirse a este tipo de casos: “Muchachos, les tocó la hora de ganar menos”, aseveró el mandatario en clara referencia a Rocca.
En el día de ayer, también trascendió que el grupo Mirgor, propiedad del ex funcionario de Cambiemos, Nicolás Caputo, cesaría 745 contratos de trabajo en Río Grande. Horas después se conoció la decisión del Poder Ejecutivo, dirigida a evitar olas de despido que profundicen la crisis económica del país.