El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, tiene en sus manos una bomba de tiempo para el gobierno de Mauricio Macri. Desde el allanamiento en el domicilio del falso abogado Marcelo D´alessio, una catarata de sorpresas aparecen todos los días. Ayer, el periodista de La Nación, Carlos Pagni, reveló que al espía detenido tendría carpetas con información sobre la gobernadora María Eugenia Vidal.

No sólo eso, sino que también se habría hallado información vinculada a la relación que "el gobierno de la provincia de Buenos Aires tendría con un medio de comunicación, un canal de televisión que estaba entre los que invitaban a D´alessio como un gran prócer de la lucha contra el narcotráfico", dijo Pagni en relación a América TV, donde ya rodó la cabeza del periodista Daniel Santoro por estar vinculado a la red de espionaje ilegal.

De ser así, el hallazgo de Ramos Padilla revelaría que el descontrol de los servicios de inteligencia habría actuado para espiar a miembros del gobierno a pedido del mismo gobierno.

Se entiende, a partir de la aparición de este tipo de información, por qué genera tanta preocupación esta causa en el interior de la Alianza Cambiemos y por qué el propio Mauricio Macri instruyó a Germán Garavano a pedir la remoción del juez que lleva adelante la causa.

Vale recordar que Ramos Padilla debería asistir a la Comisión bicameral de Inteligencia del Congreso de la Nación, invitado por legisladores de Cambiemos, para que aporte la información sobre la causa que lleva adelante.

Resta saber si tras el pedido de remoción del gobierno nacional, el titular de la Comisión, Juan Carlos Marino, insiste tanto con la visita del juez como la del jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas.