La empresa metalúrgica Palagi Hermanos cerró sus puertas tras 70 años de actividad en Lomas de Zamora y dejó a treinta trabajadores desempleados. La planta se dedicaba a la fabricación de autopartes y los despedidos reclaman que les adeudan salarios, aguinaldo e indemnizaciones.
A pesar que, en medio de rumores de cierre, los propietarios de la firma le aseguraron a los obreros que la fábrica iba a continuar con su actividad, definieron frenar la producción sorpresivamente. Con un cartel en la puerta, los treinta trabajadores se anoticiaron del cese del trabajo.
Este suceso se dio tras el cierre de la fábrica textil de Avellaneda Medias Apogeo, que dejó el mismo saldo: treinta personas despedidas. Los pequeños y medianos empresarios ya utilizan el concepto "industricidio" para caracterizar el actual contexto de caída de la demanda, aumento de los costos y apertura de importaciones que afecta a la producción local.
En cuanto a la industria metalúrgica la situación es alarmante. La empresa Siam, también en Avellaneda, redujo en centenares de personas su personal desde 2016 y hoy los trabajadores se encuentran en movilización, con una planta militarizada y un feroz desalojo ocurrido el último viernes.
El cierre de la Metalúrgica Tandil, propiedad de Renault, dejó casi doscientas personas sin trabajo en octubre.
La lista es larga e incluye a la fábrica de electrodomésticos
Mabe, de Morón, que en abril despidió 120 trabajadores cuando dejó de producir y pasó a dedicarse sólo de la distribución de heladeras.