Tras la masiva misa en Luján, a la que asistieron numerosas organizaciones sindicales, sociales y políticas, un sector de la Iglesia volvió a confrontar ayer contra el gobierno nacional durante la apertura de la 116° Asamblea Plenario de la Conferencia Episcopal Argentina. Con un discurso en línea con el Papa Francisco calificaron aseguraron que el país atraviesa "una crisis social y económica que golpea a todo el pueblo argentino".
Este crítico momento "va resintiendo la confianza en la dirigencia política aumentando el mal humor social, el enojo y la intolerancia que hace muy crispada la convivencia", afirmó el Monseñor Oscar Ojea en la misa brindada ayer.
Además, denunció "ataques" contra el Papa Francisco "desde dentro y desde fuera de la Iglesia de un modo que no tiene precedentes". Esto, para el titular de la Conferencia Episcopal, "genera la escasa difusión de su pensamiento y de su prédica". "Esto se extiende a la Iglesia toda ya que parecería que decir algo bueno sobre ella no es políticamente correcto", disparó.
Por otra parte, Ojea expresó que "nunca nos habíamos imaginado que íbamos a estar delante de estos problemas, cuyas raíces y motivos a veces nos cuesta entender. No sabemos adónde nos van a conducir. Entonces nos quedamos inmóviles, como quien espera que pase la tormenta".
Sin embargo, llamó a que la "Iglesia no se encierre en sí misma" sino que "el Papa nos llama a ser una Iglesia que se accidente y toma riesgos". También convocó a tener "la paciencia del que resiste con firmeza".
De esta forma, un sector de la Iglesia argentina volvió a confrontar públicamente con el gobierno de Mauricio Macri, luego de la multitudinaria Misa de Luján, que se entendió como una crítica a las políticas económicas del gobierno pero también un respaldo a Pablo Moyano y a los dirigentes opositores que se encuentran en medio de ofensivas judiciales que emanan del oficialismo.