
El juez federal, Claudio Bonadío, dictó el procesamiento de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la causa de los cuadernos. Le imputó el cargo de jefa de una asociación ilícita formada desde el gobierno con el objetivo de cobrar coimas a empresarios para la adjudicación de licitaciones de obra pública.
Esta medida del juez ya había trascendido durante el fin de semana. La investigación que lleva adelante junto al fiscal Carlos Stornelli surgió por las anotaciones de quien fuera chofer de Roberto Baratta, hombre de confianza de Julio de Vido en el Ministerio de Planificación Federal.
De los cuadernos de Oscar Centeno hoy se cuenta sólo con sus fotocopias pero le alcanzaron al juez para procesar también al ex ministro de Planificación y a Baratta. Durante las indagatorias a empresarios de la obra pública que había sido detenidos por orden de Bonadío, muchos recuperaron su libertad tras declarar en contra de los funcionarios del gobierno anterior.
De todas formas, Bonadío no pidió el desafuero de Cristina Fernández de Kirchner. Lo dejó en suspenso hasta que "el procesamiento se homologue por la Cámara Federal de Apelaciones", según sostuvo en un escrito de más de 500 páginas.
Ayer la ex presidenta denunció mediante un video publicado en las redes sociales que, durante los allanamientos en su domicilio de El Calafate, le sustrajeron elementos materiales que nada tenían que ver con la investigación en curso.
Estoy en Calafate. Llegué el viernes, no venía desde junio. Cuando vi lo que Bonadío había hecho en mi casa, confirmé que no me había equivocado.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) 16 de septiembre de 2018