El Honorable Concejo Deliberante de San Isidro sesionó ayer luego de una suspensión, vía decreto, de parte del oficialismo y de varios pedidos de la oposición para realizar una sesión extraordinaria. Desde Unidad Ciudadana, ConVocación por San Isidro y el radicalismo pretendían aprobar la creación de una Oficina Anticorrupción para que exista un órgano de control independiente del Ejecutivo.
El objetivo que se proponía con la creación de dicha oficina era que complementara la ordenanza aprobada ayer sobre la obligatoriedad de la presentación de las declaraciones juradas para los funcionarios municipales. Así, las declaraciones presentadas serían evaluadas por un estamento que no dependa del municipio.
Pero el possismo, con el apoyo de los concejales del Frente Renovador, alcanzó los votos necesarios para que no se apruebe la Oficina Anticorrupción y de esta forma será el propio ejecutivo, a través de la Dirección de Despacho y Legislación, quien se controle a sí mismo.
Desde el principal bloque opositor, ConVocación por San Isidro, el concejal Manuel Abella sostuvo que "Posse intervino el Concejo Deliberante para evitar que se crease una Oficina capaz de controlarlo de verdad. Hoy, bloques que públicamente manifestaron su apoyo y ratificaron la necesidad de una Oficina Anticorrupción Independiente, le dieron la espalda a la verdadera transparencia en San Isidro", en referencia al Frente Renovador.
Por su parte, el edil de la misma fuerza, Marcos Hilding Ohlsson manifestó que “lo que hoy se aprobó es una pérdida de tiempo y una falta de respeto para los vecinos de San Isidro que exigen mayor transparencia en la política. Posse logró que la encargada de controlarlo sea una oficina que depende de él".
“Se habla de una agenda de transparencia desde Cambiemos, Posse dice apoyarla, pero en la práctica busca proteger sus manejos oscuros. Quienes votaron en contra de la Oficina Anticorrupción hoy, le dijeron los vecinos de San Isidro que no tienen intenciones de transparentar la política” concluyó Abella.