Recuperar la soberanía nacional sobre la Cuenca del Plata: un debate para fortalecer nuestras Capacidades Nacionales - Política y Medios
19-03-2024 - Edición Nº5891

Recuperar la soberanía nacional sobre la Cuenca del Plata: un debate para fortalecer nuestras Capacidades Nacionales

Por Juan Calvo, Licenciado en Ciencia Política (USAL), Investigador UNDEF.

La Nación Argentina, y el vigoroso Pueblo que la habita, posee un territorio privilegiado por la extensión de su superficie, una multiplicidad de geografías y diversas regiones interiores que poseen cuantiosas reservas de recursos naturales. Algunos de estos recursos son considerados como estratégicos, sea por su condición de escasos o no renovables, o por su utilidad social o económica a lo largo del planeta. Sin embargo, la recurrente pérdida de capacidades nacionales en torno a la industria nacional, el transporte, el comercio exterior, la administración de los recursos estratégicos del país, en el marco de una ausencia de un proyecto de desarrollo, resiente la soberanía política independencia económica y justicia social de nuestro país.

La Cuenca del Plata es el territorio que abrazan los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y el Río de la Plata, cuya desembocadura es el Océano Atlántico. En esta macro región, se encuentran estados de los países hermanos de Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay y sobre sus riberas habitan unas diecisiete millones de personas. En la porción que nos corresponde, el sector argentino incluye a las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Chaco y Formosa, Allí encontramos los clusters productivos relacionados con el sector agrícola ganadero e industrial, infraestructura vial, de servicios y aeroportuarios y fluviales, centrales hidroeléctricas y nucleares, puentes interprovinciales e internacionales, bases militares, y es donde habitan la mayor parte de los argentinos y argentinas.  

El valor estratégico que tiene la cuenca es la capacidad de producir el cincuenta por ciento de la proteína vegetal que se consume en todo el planeta tierra. Esta enorme cantidad de alimentos, tras ser cosechada, almacenada y comerciada, se embarca en los puertos fluviales y se transporta hacia los destinos internacionales. Esta cadena productiva y logística es gerenciada por multinacionales cerealeras y de transporte internacional, que administran el negocio del comercio exterior en la región.

Por su parte, la presencia del Estado nacional en este proceso es limitado; las concesiones de los puertos públicos se encuentra en manos del sector privado, no existe una empresa naval fluvial como antaño y las obras de infraestructura y dragado del lecho fluvial se encuentran en manos de consorcios privados. No obstante, los desafíos se encuentran más vigentes que nunca, entre estos, la necesidad de contar con decisiones y políticas orientadas a fortalecer las capacidades nacionales relacionadas con la infraestructura fluvial, la industria naval y una mayor presencia pública en la administración de los puertos y vías navegables y en la política exterior.

Entre 2015 y 2016, mientras gobernó Macri, el Estado argentino retrocedió profundamente en la soberanía de la cuenca derogando normativas relacionadas con el comercio exterior, que desregularon el embarque de materias primas en los puertos nacionales y respecto de la administración del Río de la Plata, tarea que se realiza en organismos binacionales con Uruguay, cuando se dejó de lado el proyecto del Canal 

Magdalena y se habilitó el dragado del Canal de Montevideo como el único acceso al Río de la Plata. Estas decisiones fueron celebradas ampliamente por el sector privado, que pasó a tener prácticamente el control de las operaciones comerciales en toda la Cuenca del Plata. De esta manera, queda pendiente asumir un retroceso para los intereses nacionales relacionados con la regulación del comercio exterior, en pos de fortalecer los puertos y la cadena logística que se desarrolla en nuestro país para, definitivamente, corregir aquellas graves decisiones que el neoliberalismo macrista impuso en este ámbito.

Directamente relacionado con lo anterior, nos encontramos con otro punto clave para el ejercicio de la soberanía sobre la Cuenca del Plata, la Hidrovía Paraná Paraguay. A través de la hidrovía, una de las más extensas del mundo, se transportan gran parte de las cosechas de granos de Argentina, Paraguay y Brasil, la mitad de la proteína vegetal que se consume en el mundo. Solo por mencionar la margen santafesina del río Paraná, donde se concentran la mayor cantidad de puertos de la hidrovía, se presume la evasión impositiva y la subfacturación de las exportaciones como una práctica histórica de las empresas que operan allí, entre estas, empresas multinacionales como Cargill, COFCO-Agri, Aceitera General Deheza, Bunge Ceval, Vincentín, Louis Dreyfus, Glencore y ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas)[1].

Tal es así que en 2021 finaliza la concesión de la Hidrovía Paraná Paraguay. La concesión original fue realizada en 1994 para realizar mejoras en la infraestructura de los puertos y dragado del lecho fluvial y se extendió por 26 años. Desde la década del noventa, la producción agrícola industrial se expandió exponencialmente, lo que produjo que los puertos se encuentren ya operando en sus niveles máximos. Asimismo, producto de la reforma de la Constitución Nacional sancionada en 1994, cuando se estableció el dominio originario de los recursos naturales en los Estados provinciales, en esta oportunidad, las provincias se encuentran participando de la discusión del proyecto de licitación de la hidrovía. En este sentido, los estados provinciales aportan al debate sus propias estrategias de desarrollo y asumen incorporar sus puertos al comercio internacional, así como ser parte de los proyectos de infraestructura y dragado.

Por tanto, entendemos que la Cuenca del Plata es una temática donde debieran intervenir diversas jurisdicciones públicas, la autoridad fluvial nacional y las provinciales, obra pública, infraestructura, transporte, seguridad interior y defensa nacional, relaciones exteriores, ambiente y desarrollo sostenible, entre otros y, coordinadas en una instancia superior, formular una política federal sobre la cuenca.

Del mismo modo, es absolutamente necesaria la participación de los actores y referentes políticos nacionales y provinciales en este debate, el cual, bajo ningún punto de vista puede perder el horizonte de preservación de los intereses nacionales por sobre el capital privado, de manera de asegurar la soberanía del Estado en la Cuenca del Plata y asegurar los beneficios del desarrollo económico para todos los argentinos y argentinas.

 

 

 

 

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