Debido al aumento de las tarifas eléctricas, la fábrica de fideos de Junín Don Antonio, tuvo que cerrar sus puertas. Las autoridades de la empresa, hartas de no poder soportar la crisis económica y la falta de políticas del gobierno provincial que ayuden a las pequeñas y medianas empresas decidieron dejar de producir dejando a más de 30 trabajadores en la calle.
Los trabajadores comenzaron a recibir los telegramas de despidos a pesar de la insistencia de las autoridades locales de ponerle un fin al conflicto. José Salinas, empleado de la fábrica, había manifestado al diario la verdad de Junín que siempre mantuvieron buen dialogo con la patronal, pero que desde hace unos meses ya le habían aclarado su idea de no continuar adelante.
“Lo que me asusta es que en la situación que se vive ahora no sé adónde vamos a conseguir otro trabajo. Todos mis compañeros hacen también muchos años que están trabajando. Veníamos cobrando bien, con algún atraso, pero algo normal. La empresa estaba bastante acomodada, en diez días se cobraba todo el sueldo” sentenció.
En la notificación que recibieron los trabajadores, la empresa declara que la medida fue tomada por “la grave crisis económica por la que atraviesa el sector agravado en el caso de Pymes como la nuestra por un aumento de costos desmedido (tarifas, impuestos, materias primas e insumos), la aparición de competencia desleal generada por los grandes grupos monopólicos".
Además indica que "la falta de acceso al crédito que nos impidió la renovación de nuestras máquinas, la rotura de las mismas y la caída de las ventas, más la millonaria deuda que mantiene con nuestra empresa el Estado Nacional a través de la ex ONCCA/UCESCI), nos llevan a tomar esta difícil decisión de cierre de la Unidad productiva de pastas en esta ciudad”.