La fábrica líder en producción de envases de aluminio, fundamentalmente para desodorantes, despidió ayer a 68 trabajadores. La apertura de importaciones y el aumento de los costos llevó a que la empresa reduzca su producción de treinta millones de aerosoles por mes a cinco millones.
A principios de enero de 2018 comenzó el conflicto con la patronal. En febrero, con el retiro de un cliente clave para la firma, que se llevó toda su producción a Brasil, las negociaciones de los trabajadores lograron tener un plazo de tres meses para que no haya despidos. Dicho plazo venció a fines de junio y ayer llegaron los despidos.
“Resistimos todo lo que pudimos, desde el 3 de enero que venimos llevando esta lucha adelante, pero las condiciones objetivas del país, de la producción y de la industria son muy adversas, y después del conflicto que tuvimos nunca más volvió el trabajo acá”, sostuvo uno de los delegados de la fábrica metalúrgica al portal El1Digital.
Según informaron los trabajadores, de las siete líneas de producción, se trabajaba sólo en dos. Los despedidos recibieron sus respectivas aunque "la gente se fue triste pero sabiendo que peleó hasta el final", sostuvieron, y concluyeron que "no pudimos contra el modelo neoliberal, la situación no es gremial, es política".