
En la víspera de un nuevo aniversario del golpe de estado más cruel y sangriento de la historia de nuestro país, Baby Etchecopar en su editorial cargó duramente contra Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, especialmente Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto. También, contra los movimientos sociales, sindicales y políticos que usan los cortes de calles y rutas como método de protesta. (Escuchar editorial)
Etchecopar comenzó criticanto fuertemente al periodista Leonardo Greco, a quien acusó de haberle dicho “canceroso” a un trabajador de Radio del Plata que está defendiendo su fuente laboral frente al conflicto con la patronal. Agregó que el periodista “anda hablando boludeces por todos lados, y va a haber que callarlo con la justicia”. No conforme con eso, en un tono amenazante, lo invitó a discutir el problema personalmente: “Si tenés algún tema, venís a la puerta acá de la radio, yo salgo a las 3, no tengo ningún problema en arreglarlo con vos”.
Lo de Greco fue el pie para comenzar a denostar a quienes simpatizaron y fueron parte de los gobiernos kirchneristas. Se quejó de los piquetes, y del contrapunto que Kicillof tuvo con el Jefe de Gabinete Marcos Peña ayer en el recinto legislativo. “Estoy muy contento de tenerlo a Macri como presidente. Estoy empezando a entender algunas cosas” expresó el animador radial.
Baby también atendió a los docentes, empezando por Roberto Baradel, titular de SUTEBA. “Cuando lo veo a Baradel, digo, no es la imagen de lo que yo quiero para mi hijo en una escuela pública. No me gustaría Baradel de celador, porque no es profesor, en la escuela en la que lleve a mi hijo. Hasta sospecharía” sentenció Etchecopar, aunque nunca aclaró qué sospecharía. Tampoco reconoció que quienes ejercen el cargo de preceptor también son docentes, requisito sine qua non para acceder al mismo.
En un parecido asombroso con el personaje de Diego Capusotto “Micky Vainilla”, Baby manifestó: “Cuando veo las plazas llenas de tarados con palos, y toda esta gente que extorsiona con quemar la provincia y la nación, y con salir a las calles, más contento y más apoyo a este gobierno, porque a mí me gusta la gente limpia, prolija, bañada”.
Escalofriante fue el momento en el que se refirió a la masacre de Avellaneda en la que fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán: “Cuando murieron Kosteki y Santillán, se fueron corriendo llorando a decir que habían sido reprimidos ¡Pero hermano! Si vos estás todo el día cortando un país, si no es la policía va a haber un loco que se va a bajar de un auto y te va a meter un cuetazo. Rompen los huevos, rompen los huevos, rompen los huevos, son como las ladillas ¿viste? molestan, molestan, molestan, hasta que alguien reacciona”.
Acto seguido, comenzó a agredir a las Madres de Plaza de Mayo: “En los ‘70, Nilda Garré, y toda esta cría de mersas que había en los montoneros, rompieron los huevos, rompieron los huevos, rompieron los huevos hasta que llamaron a las botas. Cuando llamaron a las botas, tuvieron que salir las madres a defenderlos: la vizcacha esta de Bonafini, Estela de Carlotto, todas estas viejas. Que después estas viejas aprovecharon la volada y se hicieron unos manguitos, ya que estamos, le buscamos cómo comercializar el humo”.
Que a un día del 41° aniversario del golpe de estado civil-eclesiástico-militar más sangriento que haya tenido nuestra historia, en la que aún están desaparecidos cientos de bebés, que hoy ya son hombres y mujeres que en muchos casos han formado familias, las cuales no conocen su identidad, los dichos de Etchecopar son una falta de respeto a la memoria y a la historia nacional.
No contento con denostar la investidura de las Madres y Abuelas, volvió a cargar tintas contra los manifestantes, y auguró una nueva masacre en un corte: “Tenemos que tomar conciencia los argentinos que hasta es probable que haya un Kosteki y Santillán nuevo; y hasta probablemente este Kosteki y Santillán que haya, y varios Kosteki y Santillán que pueden haber ahora que es peor, pero con balas que vienen de atrás y no de adelante”, cosificando y frivolizando dos asesinatos horribles que ejecutó la policía pero fueron planificados por los gobiernos nacional y provincial de ese momento.
Agregó, a modo de justificación, que si vuelve a ocurrir una masacre es “Porque todos estos ñatos andan armados, con palos, con tumberas, con revólveres, con cachiporras, buscando el caos para poder gobernar. Cortando el país. Cortando las avenidas, impidiendo el paso a los boludos que venimos a trabajar” Justificandose de antemano, pidió que “Si llega a haber -una nueva masacre-, porque nadie está excento de una desgracia, que no le echen la culpa a Macri, ni a mí, ni a vos. Que se echen la culpa ellos mismos, que viven provocando a la policía, provocando a gendarmería, provocando”. Cualquier coincidencia con la teoría del “Se mataron entre ellos” que circuló en los medios el 26 de junio de 2002, no es pura coincidencia.
También justificó el gatillo fácil, como por ejemplo, el caso de la mujer que falleció en el barrio porteño de La Boca cuando la policía tiroteó a vecinos que se encontraban en la vereda durante una persecusión: “Si los chorros no hubieran ido a robar, la mujer estaba viva”.
Como le pareció poca la agresión a las Madres, volvió contra ellas, y contra los desaparecidos: “A ver si alguna vez Bonafini dijo: la culpa de que haya habido 30mil desaparecidos en la argentina es de mi hijo? Porque si mi hijo no hubiera salido a tirar tiros nadie salía de los cuarteles a reprimir. Si hubieran dejado a isabel perón 4 años, o hubieran llamado a elecciones, no moría nadie”.
No se salvó nadie, ni siquiera la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, a quien la criticó porque “dice: “Yo les aviso eh, si llegamos a reprimir después no digan…” Pero ¿Qué sos, la mamá de los piqueteros? Si hay que reprimir, reprimí, y nosotros vemos qué podemos hacer después. Pero realmente, si tenés que reprimir, reprimí. Si tenés que salir a la calle con los hidrantes, salí. Si los tenés que cagar a palazos en el lomo, cagalos a palazos en el lomo. Quemales las banderas del Che Guevara, sacales los pañuelos de la cara, meteles una patada en el orto y mandalos a laburar al campo a todos esos atorrantes hijos de una gran puta”.
Tampoco los docentes, a quienes juzgó por ir a la manifestación con sus hijos: “Llevan a los chicos a las marchas ¡No tienen verguenza lo que le están enseñando a los pibes! Los pibes sin clases, haciendo marchas “sí a la escuela pública”. Las escuelas están, ¡llénenlas de maestros hijos de puta! Que no tienen vocación, no tienen talento, sinverguenzas”.
Por último, culminó con un cálido mensaje de esperanza para los trabajadores que han perdido sus fuentes laborales y están reclamando por eso en las calles: “Este es un país con 100mil sinverguenzas que hay que erradicar de la Argentina. Si quieren laburo vayan al campo a laburar, pélense el orto, limpien inodoros hijos de puta. Vayan a trabajar pero liberen las calles”.