
—¿Creés que hacen falta políticas públicas para terminar con la violencia contra las mujeres?
—Herramientas desde el Estado se han generado muchas en los últimos años, las leyes y normativas legales existen, lo que se necesita es conciencia para avanzar socialmente. Porque las leyes sin compromiso, sin participación y sin el empoderamiento de las mujeres en general, no son más que un decálogo de buenas intenciones. En los últimos años el gobierno ha avanzado mucho, pero siguen faltando recursos para hacer efectivas algunas herramientas, como por ejemplo que en todos los municipios haya gabinetes, refugios para las víctimas y sus familias, asistencia psicológica, por ahí es donde se necesita avanzar.
—¿Cómo pensás que se puede generar el cambio necesario?
—Respecto de los femicidios, de las muertes de mujeres por el hecho de ser mujeres, hace falta conciencia social. Hay que trabajar acerca del rol de la mujer, de sus derechos y su lugar en la sociedad. Este problema tiene una matriz cultural y económica, que viene dada desde hace muchísimos años. Hay que trabajar con las mujeres para evitar las relaciones violentas y lograr el empoderamiento antes de que sea tarde. Hacen falta formación, prevención, charlas. Y por supuesto la participación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad; en lo político, cultural, deportivo. Mujeres como Cristina, Bachelet, Dilma, han allanado el camino de la participación. Todo requiere un trabajo trasversal, desde todas las áreas de la sociedad.
—¿Qué pasa en el ámbito de lo cotidiano?
—Es necesario trabajar la igualdad incluso en el seno de lo doméstico. Este es un problema que viene arraigado a una matriz económica, ligada al desarrollo capitalista que ha tenido la sociedad, con el rol que ha ocupado la mujer. Cuando las mujeres empezamos a salir a trabajar y ser protagonistas del desarrollo de la fuerza económica, siguió habiendo desigualdad en el ámbito doméstico. Es importante la igualdad adentro del hogar.
—¿Qué les dirías a las víctimas de estas violencias?
—Aquella mujer que sufre violencia, que salga, que se anime a poner en palabras lo que le pasa, a pedir ayuda: a buscar una amiga, una vecina, una compañera de trabajo que la pueda contener, orientar y acompañar. Hay mujeres que sufren violencia dentro de su casa y eso no es una cuestión de pobres o de humildes: atraviesa todas las clases sociales. Por eso es clave que esa mujer tenga un espacio donde poder hablar y se anime a salir. Hay mujeres que sufren violencia familiar 10, 15, 20, 40 años. Lo naturalizan. No tenemos que naturalizar las violencias de ningún tipo: ni físicas, ni psicológicas, verbales o económicas.