Ana Prada: “Hay una revalorización de lo nuestro” - Política y Medios
02-08-2025 - Edición Nº6392

Ana Prada: “Hay una revalorización de lo nuestro”

Ana Prada es una cantautora uruguaya. Nació en Paysandú el 1 de mayo de 1971. En 2006 sacó su primer disco “Soy sola”. En 2009 editó su segundo álbum “Soy pecadora” y en 2013 produjo su tercer disco solista “Soy otra”. De esa manera creó una trilogía que llamó “Otra pecadora sola.” La música de Ana, de tonos rioplatenses pero también con elementos del folklore de América Latina, interpela con voz propia y también provoca ganas de bailar. Durante la gira en la que ha estado presentando su tercer disco, pasó por La Plata y dio un show en Lumenartis, el Teatro de Cámara de City Bell. En dialogó con P&M se refirió a algunos de los ejes centrales de su carrera y de la actualidad latinoamericana.

—A lo largo de los últimos años has tocado con Teresa Parodi, Jorge Drexler, Kevin Johansen, Liliana Herrero, Lisandro Aristimuño, Yusa, Fernando Cabrera, podríamos decir que sos parte de la nueva trova latinoamericana que se está en formación. ¿Cómo ves dicho proceso?

—Lo veo muy bien, creo que tiene que ver con un cambio político y social que acarrea también todo un cambio en la cultura. Sobre todo se ha dado con gobiernos que apoyan la cultura, con ideologías que valoran lo propio y no viven mirando para afuera como si fuera la panacea de lo que hay que ser y cómo ser. Entonces se ha dado una revalorización, me parece a mi, de lo nuestro. En el mismo sentido algunos medios de comunicación empezaron a pasar músicas nuestras y hubo un rescate de la raíz a partir de los cantautores. No solo de aquellos cantautores que surgieron después de los golpes de Estado, que traían un canto de protesta; sino también de las nuevas generaciones que fuimos tomando una herencia cultural que durante muchos años estuvo bastante negada, en parte porque estaba prohibida por las dictaduras que sufrimos en América Latina, y también porque creíamos que el paradigma estético estaba en otro lado. Eso nos querían hacer creer.

A su vez ese rescate de instrumentos y ritmos autóctonos se mezcló con el recorrido musical que cada uno de nosotros ya traía. En este sentido no podemos negar que estamos en el siglo XXI y se da como una coctelera, una cosa muy fermental donde todo es permitido. Yo siento mucha libertad y al mismo tiempo una búsqueda de identidad, de raíz de cada lugar. Por un lado la globalización, ese mundo que es uno solo con la herramienta que implica internet, nos facilitó acceder a un motón de cosas, de otras músicas, de tecnología, de todo. Si querés hoy podés grabar un disco en tu casa, en tu cuarto. Por otro lado es tan grande esa globalización, es una cosa tan informe, que hemos vuelto a tratar de recuperar lo nuestro, lo particular, lo de cada región. Ni siquiera país, región te digo. Y yo a esto lo veo con muy buenos ojos, me parece una cosa muy positiva.

—Es usual la interpretación de que en tu música hay presente una cuestión de género. ¿Coincidís con esta lectura?

—Hay una cuestión de género por el hecho de que yo soy mujer. No hay una lucha concreta buscada. Escribí Soy Pecadora porque lo sentí así, viví un montón de cosas en mi vida que me hicieron escribir esa letra y meterme en determinadas temáticas que tienen que ver con la discriminación, con dónde está la mujer en estas sociedades judeo-cristianas en las que tenemos siempre el lugar del misterio, de la bruja, del pecado. Ya aburre ver películas donde hay un héroe bueno y positivo y una dama malvada que lo pervierte y lo lleva por el mal camino. Durante toda la edad media fuimos quemadas en la hoguera. Todo lo que tiene que ver con el goce y con la libertad nos ha sido vedado a las mujeres. No te olvides que hace 50 años ni siquiera estaba bien visto que la mujer trabajara fuera de su casa. No podíamos tener cuenta bancaria, ni votar o tener propiedades a nuestro nombre. O sea, éramos absolutamente dependientes, como un objeto más del hombre. Ahora trabajamos a la par, vamos con ellos que también han tomado tareas y roles que les habían sido negados, como disfrutar de la casa y de los hijos. El hombre, pobre, tenía que salir a ganarse la vida y ser proveedor, entonces no podía ser sensible, y hoy eso también va cambiando. Se empiezan a equilibrar los roles y se desdibuja la idea de bandos. Falta igual.

—¿Cómo se dio la politización de estas temáticas que vos abordaste en tus canciones?

Cuando escribí Soy pecadora me basé en una realidad mía. Después determinados movimientos tomaron esa canción como un emblema o como una especie de bandera de lucha. Pero no fue buscado, fue realmente una honestidad de mi parte. Y me gustó. Lo que sí fue premeditado fue saber que me iba a tener que hacer cargo de lo que escribía, y lo hice. Me gusta que mis canciones se metan con temas que te hagan hablar, discutir, pensar. Ojalá uno siempre pudiera componer con un contenido que movilice y haga pensar. Este año he trabajado mucho en política, he estado muy presente en la campaña del Frente Amplio en Uruguay, con el Pepe Mujica, con Lucía. Toda mi vida voté al Frente Amplio y vengo de una familia de izquierda, pero este año por primera vez me hago cargo de eso y pongo mi canto al servicio de determinadas cosas. Igual te diré que el 99% de los músicos del Uruguay aparecimos en un video del Frente Amplio, ¡así que si quería ser trasgresora no lo logré!

—¿Qué opinás de la actualidad política uruguaya?

A Pepe lo vamos a extrañar. Si bien ganó el Frente Amplio para mi Pepe ha sido un filósofo, un tipo que piensa para adelante, que vive como predica, es único en su especie. Yo tengo la suerte de conocerlo personalmente, he ido a su casa, he conversado mucho con él y con Lucía, su esposa, y realmente es lo que parece. Creo que le ha hecho muy bien a Uruguay y a Latinoamérica. Por suerte ahora que no es Presidente capaz puede dedicarse un poco más a esos organismos que nuclean a los países latinoamericanos y tratar de seguir en este camino de la unión latinoamericana y de la búsqueda de nuestra identidad, de defender lo nuestro. Latinoamérica es el reservorio del mundo en riquezas naturales y culturales, sobre todo América del Sur que está como muy virgen en muchos aspectos. En general no hemos defendido lo nuestro como deberíamos, hay mucha pobreza, mucha desigualdad todavía, tenemos que luchar muchísimo para tratar de que sea un poco más justa la distribución de la riqueza, las oportunidades… La felicidad humana que es la búsqueda eterna, ¿no? Que estemos todos un poco mejor.

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