Navidad con motosierra: qué muestra el spot de Milei desde su estrategia de comunicación - Política y Medios
26-12-2025 - Edición Nº6538

ANÁLISIS

Navidad con motosierra: qué muestra el spot de Milei desde su estrategia de comunicación

12:19 |El saludo de Milei no solo nos cuenta cómo el presidente quiere que veamos su primer año de gestión; también revela cómo piensa disputar, segundo a segundo, el sentido común en un país que llega a la Navidad dividido entre la promesa de la “libertad” y la experiencia concreta del ajuste.

Por: Mg. Lautaro González Amato*

 

En apenas 86 segundos, el mensaje navideño de Javier Milei condensó todo su repertorio: épica del ajuste, reivindicación personal de la “gesta” económica, promesa de más reformas y un cierre de auto-branding con el ya clásico “¡Viva la libertad, carajo!”. El video, difundido el 24 de diciembre en redes sociales y presentado con la frase “Feliz Navidad en libertad”, mezcló fragmentos de discursos y entrevistas, gráficos y archivos de actos públicos. 

Lejos de ser un saludo institucional, el spot funciona como un nuevo capítulo de la campaña permanente del presidente: ratifica el rumbo, redefine el clima de época y disputa el sentido mismo de la Navidad, en un país atravesado por una crisis social que la propia oposición describe como “dramática”.

Un saludo de Navidad que parece spot de campaña

El video del presidente Javier Milei celebra lo que presenta como logros indiscutibles: asegura haber llevado el déficit fiscal consolidado de 15 puntos del PBI a cero y define ese proceso como “la estabilización más exitosa de la historia”. Sostiene que “pusimos la inflación en orden”, “sacamos a 12 millones de personas de la pobreza”, se eliminó “para siempre” el cepo cambiario y se firmó un acuerdo bilateral de comercio con Estados Unidos.

Luego, suma el capítulo de seguridad: reivindica la caída de los piquetes (“teníamos 9.000 piquetes por año, hoy es cero”) y las políticas de “tolerancia cero” contra la delincuencia, menciona la creación de la Dirección Federal de Investigaciones y asocia todo a un relato de orden restaurado. 

La pieza está montada como un collage de momentos altos del año: cadenas nacionales, actos con empresarios, anuncios en Casa Rosada, fragmentos de entrevistas. No hay planos nuevos especialmente grabados para la Navidad; hay edición inteligente de archivo. Eso refuerza la idea de “proceso” y no de efeméride: Milei no “saluda por las fiestas”, Milei reafirma una narrativa de gobierno en clave de gesta heroica.

La frase que corona ese sentido es el ya repetido: “Abróchense los cinturones porque van a haber muchas más reformas”. Es, literalmente, un anuncio de profundización del ajuste en un momento simbólico que, tradicionalmente, la política argentina reservaba para gestos de contención y mensajes de calma. 

La Navidad partidaria: los otros mensajes políticos

Mientras el presidente convertía el saludo navideño en un teaser de su segunda mitad de mandato, el resto del sistema político eligió otra narrativa.

El gobernador bonaerense Axel Kicillof, principal referente opositor territorial, utilizó también sus redes para un mensaje navideño, pero en el sentido exactamente inverso: describió el año como “difícil” y habló de un momento “dramático” por el impacto del ajuste en la producción, comercio, turismo y empleo. Desde ese diagnóstico, llamó a “no bajar los brazos” y a “plantarse” frente a las políticas nacionales. 

En el Congreso, el jefe del bloque peronista en el Senado, José Mayans, eligió el mismo marco temporal –el cierre del año y el debate del Presupuesto 2026– para caracterizar al gobierno de Milei como un “gobierno de facto” en términos presupuestarios: denunció un “tratamiento exprés” del proyecto, subrayó que “daña al país” y reclamó que vuelva a Diputados por el impacto que prevé en educación, obra pública y sistemas previsionales provinciales. 

En la calle, la escena navideña también se partió. Mientras el presidente hablaba desde Olivos de “libertad” y reformas, organizaciones como el Movimiento de Trabajadores Excluidos y Argentina Humana organizaron una "Navidad solidaria" frente al Congreso, con una cena para unas 5.000 personas en situación de calle o vulnerabilidad, gesto explícito de protesta humanitaria frente al ajuste. 

La contraposición es evidente: un gobierno que construye su narrativa desde la estabilización exitosa y “Navidad en libertad” versus oposiciones político-sociales que ponen el foco en la caída del empleo registrado, los conflictos salariales y el aumento de la pobreza urbana, como muestran relevamientos de centros de estudios como CEPA. 

Entre los números del spot y la realidad social

Más allá del carácter simbólico del mensaje, el contenido del video vuelve a exponer una cuestión central de la comunicación libertaria: el uso de cifras “redondas” y afirmaciones maximalistas que luego son cuestionadas por especialistas y opositores.

Ya a lo largo del año, distintos medios y economistas señalaron algunas inconsistencias en los números difundidos por el Gobierno –desde supuestas mediciones de inflación tomadas de redes sociales hasta porcentajes de pobreza difícilmente compatibles con los datos oficiales–, al punto de que algunos spots de “Felices fiestas” anteriores fueron calificados como “llenos de datos falsos” por los medios opositores.

En el saludo navideño de 2025, el patrón se repite: Milei habla de 12 millones de personas que salieron de la pobreza en un año en el que incluso organismos internacionales y reportes de derechos humanos advierten acerca de la combinación de ajuste fiscal severo, caída de programas sociales y deterioro del derecho a la protesta. 

El resultado es una brecha comunicacional cada vez más marcada: mientras el gobierno construye una narrativa de “milagro liberal” y promete que “lo peor ya pasó”, una parte importante de la sociedad experimenta la Navidad desde la precariedad, la inflación acumulada y la incertidumbre laboral. La disputa no es solo por los números, sino por el clima emocional del país.

Un caso de manual de campaña permanente 

Si se mira con distancia, el spot navideño confirma algo que la literatura de comunicación política señala desde hace años: la lógica de la “campaña permanente”, en la que no hay fronteras claras entre campaña electoral, gestión y propaganda de gobierno.

Autores como Jay Blumler y Denis Kavanagh describieron ya a fines de los 90 una “tercera edad” de la comunicación política, marcada por el peso de los medios, la personalización del liderazgo y la extensión de la campaña a todo el ciclo de gobierno. 

Desde ese prisma, el mensaje de Milei encaja como un ejemplo casi de manual: el presidente aparece como marca, no solo como funcionario; el saludo por las fiestas se convierte en pieza de reafirmación de su “brand” político.

En América Latina, María Esperanza Casullo mostró cómo los liderazgos populistas construyen “mitos” que ofrecen explicaciones simples y emocionales en contextos de crisis: un “héroe” que enfrenta a enemigos claros (la casta, piqueteros, sindicatos, ahora los “mandriles”) y promete un futuro de redención. 

El video navideño de Milei vuelve sobre ese mito: él como piloto que pide abrocharse los cinturones porque está llevando al país hacia un destino de libertad; los críticos quedan en el rol del lastre que se resiste al cambio.

A escala global, Zeynep Tufekci analiza cómo las redes sociales se convirtieron en un nuevo espacio público digital en el que se libra gran parte de la disputa política contemporánea. 

Milei, cuya estrategia digital ya fue estudiada como caso de “militancia en red” y “milicias digitales” que atacan periodistas y opositores desde X y otras plataformas, opera justamente en ese ecosistema: allí estrena sus piezas, prueba marcos narrativos y refuerza la identidad de su comunidad política. 

¿Qué deja este spot para 2026?

Desde la comunicación política, el saldo del spot navideño deja al menos tres pistas para leer el 2026 que viene.

Como primer término, se puede observar que se consolida la campaña permanente donde no hay “modo Navidad” ni tregua discursiva. El mensaje refuerza la idea de que Milei gobernará en estado de campaña, buscando plebiscitar cada medida en redes y confrontar de manera directa con la oposición parlamentaria. La Navidad es apenas otra oportunidad para repetir su frame de “revolución liberal”. 

En segundo término se puede palpar que la grieta se traslada al calendario simbólico. Mientras el oficialismo pide “abrocharse los cinturones” para bancar más reformas, gobernadores como Kicillof hablan de un país “dramático” y organizaciones sociales montan cenas masivas para quienes no tienen nada en la mesa. La disputa ya no es solo por la interpretación de los datos, sino por el sentido de las fiestas: ¿celebración de una promesa futura o denuncia de una emergencia presente? 

Finalmente, el riesgo de la desincronización con la experiencia social parece emerger en el debate público en la medida de que el relato oficial se aleje de la experiencia cotidiana de amplios sectores populares. Acá es donde más crece la posibilidad de fatiga comunicacional: el mensaje triunfalista puede convertirse en ruido de fondo para quienes viven la Navidad con recortes, endeudamiento y pérdida de derechos. Al mismo tiempo, esa saturación puede reforzar la identidad del núcleo duro mileísta, que consume el spot como reafirmación de pertenencia frente a “la casta” y “los enemigos del cambio”.

En definitiva, el saludo de Milei no solo nos cuenta cómo el presidente quiere que veamos su primer año de gestión; también revela cómo piensa disputar, segundo a segundo, el sentido común en un país que llega a la Navidad dividido entre la promesa de la “libertad” y la experiencia concreta del ajuste.

Ahí, en esa tensión entre relato y realidad, entre “Feliz Navidad en libertad” y “Navidad solidaria frente al Congreso”, es donde la comunicación política argentina seguirá pivoteando su partido en 2026.

 

*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ, 2024.

 

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