En medio de la disputa soterrada que cruza al corazón del oficialismo, Karina Milei comenzó a ensayar una tregua con Santiago Caputo y, al mismo tiempo, le trazó un borde claro a los sectores que pretendían avanzar sobre las áreas que responden al principal asesor presidencial. La señal fue interna, pero también política: nadie moverá las fichas sin su aval.
Manuel Adorni fue uno de los primeros en chocar con la realidad del nuevo cargo. En sus horas iniciales al frente de la Jefatura de Gabinete, se sobregiró con decisiones que no habían sido previamente conversadas con Karina. Con una estructura mucho más amplia que la que conducía Guillermo Francos -a la que además decidió sumar nuevas dependencias-, el vocero convertido en ministro terminó pidiendo auxilio para entender el entramado que ahora debía coordinar.
El desconcierto no se limitó al funcionamiento interno del Gobierno. Adorni también necesitó orientación para recomponer puentes con los gobernadores, un terreno que le había resultado completamente ajeno durante los dos primeros años del mandato de Javier Milei. Para eso, convocó a Santiago Caputo y a María Ibarzábal, la secretaria Legal y Técnica alineada con el asesor.
Los tropiezos iniciales incluyeron una torpeza política de peso: la filtración de que pretendía auditar la gestión de los ministros, un gesto que encendió alarmas y le granjeó resistencia interna. Frente a ese escenario, el propio Adorni terminó admitiéndole a Karina que era conveniente recomponer la relación con Caputo. La hermana presidencial aceptó el planteo y habilitó una distensión provisoria.
Esa decisión chocó con la postura de Eduardo "Lule" Menem, que venía construyendo un camino de confrontación directa con el asesor. Sin embargo, la orden de Karina fue clara y el dirigente riojano tuvo que replegarse. En la Casa Rosada entienden que cualquier estallido en este momento podría poner en riesgo objetivos inmediatos: aprobar el Presupuesto y avanzar con las reformas que el Ejecutivo quiere tratar en sesiones extraordinarias antes de marzo.
La tregua empezó a tener expresiones concretas. En las últimas horas, Karina permitió que Caputo eligiera al reemplazante de Sergio Neiffert en la Secretaría de Inteligencia. Neiffert había desembarcado allí por impulso del propio asesor, pero tras las elecciones intentó acercarse al karinismo y quedó atrapado en una zona gris.
La llegada de Cristian Auguadra a la SIDE fue celebrada en el entorno de Las Fuerzas del Cielo, que interpretaron la movida como un freno directo a las aspiraciones de los Menem dentro del aparato estatal. La designación funcionó como un mensaje interno: Caputo mantiene espacios decisivos bajo la venia de Karina.
Para reforzar el clima de concordia momentánea, el propio presidente pidió que Agustín Romo continuara al frente del bloque libertario en la Cámara de Diputados bonaerense. La decisión confirmó también una suerte de paz transitoria con Sebastián Pareja, que en las últimas semanas parecía dispuesto a desplazarlo de ese lugar, aunque luego retomó el diálogo y hasta habilitó conversaciones por futuros acuerdos territoriales.
El principio que rige esta calma tensa es simple: ningún sector avanzará sobre las posiciones del otro. El recambio en la SIDE fue la prueba más visible de ese pacto tácito. Sin embargo, mientras aquieta un frente, Karina comienza a moverse en otro terreno clave: el judicial.
Hasta ahora, la interlocución con la Justicia estaba mayormente concentrada en el entorno de Caputo, a través de Sebastián Amerio. Pero, según había anticipado LPO, la hermana del Presidente busca quedarse con ese canal, inquieta por expedientes sensibles como las causas vinculadas a la ANDIS y a la criptoestafa Libra, que la mencionan de manera indirecta.
En ese marco aparece la figura de Santiago Viola, apoderado de La Libertad Avanza y abogado penalista, a quien Karina impulsa como su hombre de confianza para tender puentes en el mundo judicial. La movida revela que la tregua con Caputo no implica retirada, sino una redefinición cuidadosa de territorios en una interna que, aunque silenciada, sigue latente.