El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, activó una jugada que cambia el escenario en la Cámara de Diputados, formalizando la salida de sus legisladores del bloque peronista y consolidó un bloque propio bajo el nombre “Elijo Catamarca”.

La decisión, que venía siendo la crónica de una ruptura anunciada, le arrebata a Unión por la Patria la hegemonía en la Cámara baja, habilitando un nuevo equilibrio de fuerzas en la disputa por el control de las comisiones.

El flamante bloque estará encabezado por Sebastián Nóblega y lo integran también Fernanda Ávila y Fernando Morguillot, todos alineados al mandatario provincial.

La ruptura resultó ser el corolario de la creciente autonomía que venían mostrando los catamarqueños respecto de la conducción nacional del peronismo, con posiciones diferenciadas en votaciones clave y señales de desmarque cada vez más explícitas. El correlato en el Ejecutivo es el acercamiento de Jalil al presidente, Javier Milei, en esta nueva etapa que inicia tras las elecciones legislativas de octubre.

En tanto, Claudia Palladino optó por permanecer dentro de UxP, demostrando una lealtad más asociada al movimiento que a la terminal geográfica que la llevó a su banca.

Hubo quien interpretó este movimiento como un gesto que buscaba evitar la fractura total entre las partes, aunque difícilmente sea una herida fácil de cerrar en un justicialismo que viene raleado por las diferentes internas y su articulación cada vez más deficiente con la ciudadanía y el electorado.

Con la salida del tridente jalilista, el bloque peronista queda ahora en 94 bancas, número que alcanza al sumar dentro del interbloque al puntano Jorge “Gato” Fernández, quien responde al ex mandatario provincial Alberto Rodríguez Saá. Esa cifra, que hasta hace días parecía cómoda, hoy es un empate incómodo: La Libertad Avanza también alcanzaría los 94 escaños de darse los acuerdos necesarios, quedando a la par como primera minoría en la Cámara baja.

El oficialismo libertario, sin embargo, no se resigna al empate y ya explora alternativas para superarlo. En diálogo con LPO, un legislador peronista admitió: “Creemos que van a tratar de cerrar un acuerdo con Rogelio Frigerio -gobernador de Entre Ríos- para ganarnos en número”.

En esa ecuación aparece el nombre de Francisco Morchio, un diputado entrerriano cercano al actual gobernador.

La maniobra de Jalil también termina de blanquear otra derrota silenciosa de los mandatarios provinciales: el intento de desplazar a Máximo Kirchner y a La Cámpora de la conducción del bloque. Esa ofensiva buscaba ampliar el espacio, facilitar la incorporación de diputados de Salta y Misiones y, eventualmente, contener a los propios catamarqueños dentro de un esquema de interbloque. Nada de eso prosperó.

Por ahora, la jefatura de Unión por la Patria se mantiene sin cambios: Germán Martínez continúa al frente de la bancada, acompañado por Paula Penacca, referente camporista, y Cecilia Moreau, del massismo, como principales figuras en la conducción. La posibilidad de reemplazar a Martínez por el tucumano Pablo Yedlin, opción que impulsaban algunos gobernadores del norte, quedó archivada.

La nueva configuración abre un escenario más polarizado y con negociaciones más finas para definir la composición de las comisiones estratégicas. Con dos grandes bloques empatados y un pequeño grupo de diputados provinciales capaces de inclinar la balanza, cada voto empieza a valer doble y cada acuerdo requerirá, además de números, una ingeniería política más sofisticada.

En ese marco, Jalil parece haber tomado nota y sus votos adquieren un valor que -en la vereda del peronismo- se disolvía en una voluntad corporativa comandada