Escándalo en el Senado: una legisladora denunció "manoseos" del personal de seguridad en un forcejeo - Política y Medios
03-12-2025 - Edición Nº6515

CÁNDIDA LÓPEZ

Escándalo en el Senado: una legisladora denunció "manoseos" del personal de seguridad en un forcejeo

La disputa se había originado por el cambio de cerraduras de los despachos que dispuso Villaruel, a raíz del cual la senadora acudió con un cerrajero para ocupar la oficina que -asegura- había acordado ocupar.

Un escándalo sin precedentes alteró este lunes el ambiente en el Senado, cuando la senadora peronista Cándida López denunció haber sido golpeada y manoseada por agentes de seguridad de la Cámara Alta en la puerta del despacho que pretendía ocupar.

La grave acusación al personal del Congreso se dio tras lograr ingresar al despacho que -aseguró- se le había asignado, razón por la cual acudió con un cerrajero, dispuesta a abrir la oficina e instalarse.

El conflicto se originó a raíz de una medida adoptada meses atrás por la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien dispuso mediante decreto el recambio de cerraduras en las oficinas de los senadores salientes para administrar personalmente la entrega de llaves a los nuevos legisladores en el marco del recambio de medio término.

Desde el entorno de López confirmaron que la legisladora fueguina formalizó la denuncia en la comisaría del Congreso, donde dejó asentado que sufrió lesiones en un tobillo en el marco de un forcejeo con los agentes de seguridad, que fueron verificados por personal médico de la Cámara.

Pero además, la denuncia incluyó una gravísima acusación de “manoseos en la zona de los glúteos” y “en su zona pélvica delantera”, en medio del tumulto.

López asoció lo ocurrido con un ensañamiento puntual de la presidenta del Senado contra su persona, originado por las palabras pronunciadas al momento de la jura en la sesión del viernes pasado.

En aquel momento, asumió su cargo prometiendo “por los 30 mil desaparecidos”, enfatizando la cifra frente a Villarruel, cuya trayectoria militante asociada a sectores negacionistas del terrorismo de Estado de 1976 es largamente conocida.

La versión del oficialismo es diametralmente opuesta. Desde el entorno de la vicepresidenta calificaron la actitud de la senadora como “una provocación” y aseguraron que “esto empezó cuando asistió a la jura acompañada de 9 personas y hoy vino al Senado con un cerrajero, lo que de muestra que no está en sus cabales”.

También remarcaron que la decisión fue informada en septiembre y consensuada con los jefes de bloque, incluido el formoseño José Mayans.

La tensión creció cuando, tras el forcejeo, López regresó acompañada por Juliana di Tullio. Según relataron, una conversación con uno de los vigilantes dejó entrever que Villarruel habría ingresado al despacho donde la senadora había dejado su computadora personal. “Si te falta algo, ya sabés”, advirtió Di Tullio, en un mensaje cargado de sospecha.

“Que la vicepresidente Villarruel ingrese de manera ilegal al despacho de un senador nacional es un ataque de extrema gravedad institucional y una violación a la autonomía del Poder Legislativo”, disparó luego López, en una declaración que elevó el conflicto al plano institucional.

Desde el bloque libertario, en cambio, deslizaron que el episodio podría responder a una maniobra política más amplia. Un senador del oficialismo sugirió que el escándalo “pudo estar impulsado por el kirchnerismo” y advirtió que este tipo de choques podrían repetirse: “Esto va a empezar a pasar seguido porque hay senadores que responden más a la superestructura que a las conducciones de bloques”.

El equipo de López aseguró que sus colaboradores venían trabajando en esas oficinas, que ocupaba el saliente Sergio Leavy, y que la situación fue comunicada a Villarruel a través de las autoridades del interbloque de Unión por la Patria. “Ningún otro despacho en el Senado fue fajado, ni le cambiaron la cerradura, estando senadores del oficialismo y de la oposición con acuerdos políticos similares a los de López y Leavy”, señaló la legisladora en un comunicado.

Los forcejeos fueron registrados.

El intento de ingreso con cerrajero se produjo luego de que -según su vocero- la vicepresidenta no respondiera mensajes ni llamadas durante todo el fin de semana. El forcejeo con el personal de seguridad terminó con una lesión en el tobillo derecho, que fue certificada por el médico del Senado, Gustavo Apreda.

Detrás del escándalo emergió una vieja lógica parlamentaria que se enmarca en una suerte de derecho de piso más propio de una escuela secundaria que del Honorable Senado de la Nación. Aunque suene insólito, las disputas por los despachos suelen desencadenar rispideces entre los representantes legislativos.

A modo de precedente cercano, en diciembre de 2023 los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano llegaron a sacar sus escritorios al pasillo ante la falta de despachos.

Incluso el jujeño Ezequiel Atauche, por entonces jefe de la bancada libertaria, fue objeto de presiones de los senadores entrantes para garantizar ubicaciones privilegiadas dentro del edificio. Para muchos, caer en los anexos del Palacio Legislativo es el inicio de una lenta marginación política.

Sin embargo, este conflicto escaló mucho más lejos, culminando con gravísimas acusaciones respecto al accionar de la seguridad del Senado a cargo de la vicepresidenta de la Nación, con el agravante de las sospechas de una saña personal por motivos ideológicos.

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