El Gobierno necesita renovar $14,5 billones de deuda y presiona a los bancos para que compren títulos públicos - Política y Medios
26-11-2025 - Edición Nº6508

“ASEGURAR EL ROLLOVER”

El Gobierno necesita renovar $14,5 billones de deuda y presiona a los bancos para que compren títulos públicos

10:39 |El BCRA habilitó un paquete de cambios regulatorios para empujar a las entidades a comprar bonos del Tesoro, pero el mercado estima que emitirá al menos $2 billones y deberá convalidar tasas más altas. Los bancos triplicaron su tenencia de deuda desde la asunción de Milei.

Este miércoles quedará a prueba uno de los frentes más sensibles para el Gobierno: la renovación de un vencimiento por $14,5 billones. Para atravesarlo sin tropiezos, el Banco Central desplegó una ingeniería normativa destinada a forzar a los bancos comerciales a volver a absorber títulos públicos.

Aun así, en el mercado descuentan que el Tesoro necesitará emitir no menos de $2 billones adicionales, una liquidez que el oficialismo espera que dinamice la actividad pero que también podría recalentar el dólar.

La Secretaría de Finanzas comunicó que ofrecerá un menú amplio de instrumentos: bonos a tasa fija, papeles ajustados por TAMAR (la tasa mayorista de plazos fijos), otros indexados por CER -inflación más un plus- y los ya conocidos “dólar linked”, que siguen la cotización oficial.

Operadores de la City especulan con que, pese al recorte de tasas del Banco Central, el Tesoro deberá convalidar un rendimiento mayor para asegurarse un rollover aceptable.

Detrás de ese telón financiero, el BCRA avanzó la semana pasada con un paquete de medidas que afloja el torniquete monetario y reconfigura el régimen de encajes, aunque sin reducir el espacio disponible para que los bancos contabilicen títulos públicos como parte de esas inmovilizaciones obligatorias.

La entidad mantuvo el stock de bonos habilitados como encaje, recortó la exigencia en efectivo en cerca de $1,9 billones y redujo la integración diaria mínima del 95% al 75% de la exigencia mensual.

Un informe del banco de inversión CMF interpretó que los cambios “apuntan a asegurar un rollover ordenado en las próximas subastas del MEcon, al tiempo que inyectan liquidez al sistema financiero y les dan más flexibilidad operativa a los bancos sin desarmar la estrategia de financiamiento y absorción de pesos vía títulos”.

Desde la consultora 1816 coincidieron en el diagnóstico: la jugada busca “asegurar un rollover razonable” mientras se flexibilizan las condiciones de liquidez del sistema.

El problema estructural es que los bancos siguen siendo los principales compradores potenciales de la deuda que colocará el Tesoro. Y lo hacen con balances tensionados: la mitad de los depósitos está inmovilizada en el Banco Central y el endeudamiento de las entidades se disparó en paralelo a una suba de tasas que volvió casi inaccesibles los créditos al sector privado.

Los números del propio BCRA muestran que las entidades triplicaron su tenencia de deuda pública desde que Javier Milei asumió la presidencia, acompañado por Luis Caputo en Economía y Santiago Bausili en la autoridad monetaria.

La exposición pasó de $22,9 billones en diciembre de 2023 a $70,2 billones en la actualidad: los bancos privados nacionales saltaron de $7,4 a $18,9 billones; los internacionales, de $4 a $12,9 billones; y los públicos, de $11,3 a $37,6 billones.

Mientras tanto, la morosidad crece y deja en evidencia el deterioro del financiamiento real. La irregularidad del crédito a hogares trepó en septiembre a 7,3%, el nivel más alto en dos décadas. Los mayores atrasos se concentran en los préstamos personales, con una mora del 9,1%, y en tarjetas de crédito, donde alcanzó 7,4%.

En el segmento corporativo, la mora llegó a 1,7%, el registro más elevado en 19 meses, luego de un año marcado por la caída de la actividad y el cimbronazo posterior a la devaluación inicial del Gobierno.

En paralelo, el Indec reconfiguró la serie del EMAE con correcciones significativas. “Que buenos números trajo el EMAE, la mayoría de los rubros crecen, además el Indec ajustó la serie para atrás, Julio y Agosto también crecieron. O sea, mientras a vos te parecía que todo se hacía percha en realidad la economía volaba”, ironizó el analista Christian Buteler en X, subrayando lo llamativo de las modificaciones.

Varios funcionarios del equipo económico se montaron sobre esos datos para sostener que no hubo recesión. Pero detrás del optimismo oficial conviven otros indicadores menos celebrables: gran parte del crecimiento proviene de factores estadísticos vinculados a impuestos y a la intermediación financiera -dos rubros que explican el 64% del avance mensual-, mientras que ingresos y salarios muestran una marcada contracción.

En síntesis, el Gobierno se prepara para un test crucial en el que las finanzas y la política monetaria vuelven a enredarse. Los bancos, una vez más, aparecen como los bomberos obligados de la deuda pública, en medio de una economía que todavía acusa las secuelas de los meses más duros del ajuste.

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