En un intento urgente por frenar el deterioro reputacional del criptoactivo $LIBRA, el estadounidense Hayden Mark Davis sorprendió este lunes con un movimiento quirúrgico: lanzó en internet un fideicomiso bautizado “The Libra Trust”. No fue una casualidad ni un acto de transparencia repentina.
La activación ocurrió instantes antes de una audiencia decisiva en los tribunales federales de Nueva York y tuvo un objetivo evidente: despegar al presidente Javier Milei del proyecto que él mismo difundió en redes sociales meses atrás.
Según reveló Hugo Alconada Mon en LA NACION, la página del trust promete que los fondos obtenidos por la venta del token se destinarán a “subvenciones para pequeñas y medianas empresas argentinas”. Una promesa filantrópica que, más que un plan económico, luce como un intento de maquillaje judicial.
La maniobra ocurrió justo antes de que la jueza Jennifer L. Rochon evaluara un pedido para congelar los fondos en manos de Davis. El timing fue tan ajustado que el portal se activó minutos antes del inicio de la audiencia, como si se tratara de una carta bajo la manga para modificar el clima del expediente.
El documento del fideicomiso incluye una declaración clave: que el trust funcionará “con total independencia de Hayden Davis y Javier Milei”. Sin precisiones sobre quién lo controla o cómo operará, el mensaje apunta a despegar al Presidente del token, una pieza central del escándalo que se disparó tras las acusaciones de fraude.
La jugada tuvo un efecto inmediato. Poco después de la aparición de “The Libra Trust”, Rochon rechazó el pedido de los demandantes para congelar los fondos. La magistrada valoró el compromiso de Davis de conservar la documentación necesaria para garantizar la trazabilidad de los activos, combinado con la creación del nuevo fideicomiso.
Sin embargo, el alivio es momentáneo. Davis y otros involucrados siguen enfrentando en Estados Unidos una demanda colectiva basada en la ley federal RICO, la misma que se utiliza para perseguir estructuras mafiosas. Los acusan de haber montado una “auténtica fábrica de fraude” en el mercado de los criptoactivos, un señalamiento que podría escalar en gravedad a medida que avance la causa.
En síntesis, el lanzamiento del trust no apaga el incendio: apenas reordena las piezas de una trama judicial que sigue creciendo y que, pese a los esfuerzos por despegarlo, aún roza al Presidente.