La discusión del Presupuesto bonaerense para 2026 arranca con el termómetro político en alza. El gobernador Axel Kicillof enfrenta una semana cargada de negociaciones internas, donde las diferencias entre su núcleo más cercano y referentes de La Cámpora vuelven a sobrevolar los pasillos legislativos.
El debate se formaliza este martes a las 14, cuando la comisión de Presupuesto e Impuestos de Diputados, convocada por su presidente Alexis Guerrera, abra el juego parlamentario.
El llamado del legislador massista marca el puntapié para revisar el paquete de leyes enviado por el Ejecutivo provincial. No se trata solo del Presupuesto 2026: la mesa de trabajo también deberá analizar la Ley Fiscal Impositiva y la autorización para endeudarse por 3.865 millones de dólares, normas que obtuvieron estado parlamentario la semana pasada.
En paralelo, la conversación política vive su propia tensión. Desde hace semanas, algunos dirigentes de La Cámpora vienen dejando entrever la necesidad de mejorar los mecanismos de coordinación interna. Entre ellos, la senadora Teresa García -jefa del bloque de Unión por la Patria en el Senado- había reclamado en noviembre “mayor diálogo” y un funcionamiento más ordenado en la previa al envío de proyectos clave.
“Me parece inteligente enviar el Presupuesto 2026, el endeudamiento, la Ley Fiscal Impositiva y poner en el mismo plano de discusión todos los temas”, afirmó la legisladora kirchnerista, y añadió: “Si va a haber fondos para los municipios, decir cuánto, hablarlo con la oposición adelante, con el Gobierno y con el bloque del oficialismo”.
Pese a esos cortocircuitos, García buscó desactivar la idea de una disputa abierta con Kicillof. Consultada por las versiones que sugerían que La Cámpora estaba “boicoteando” iniciativas del Ejecutivo, la senadora las descartó sin rodeos y aseguró que la dinámica interna no atraviesa una confrontación real.
No obstante, el clima hacia la reunión de comisión no es del todo relajado. Para el círculo del gobernador, la señal de esta semana es clara: ordenar filas, alinear estrategias y absorber los planteos internos antes de que la oposición provincial -que viene reclamando mayor información y previsibilidad- convierta las tensiones del oficialismo en un argumento político.
En las próximas horas, el Ejecutivo bonaerense buscará que el debate legislativo avance sin sobresaltos, con la intención de garantizar un Presupuesto aprobado antes del cierre del año parlamentario.
Pero el desafío no será únicamente técnico: también deberá administrar las sensibilidades dentro de su propia coalición, donde la discusión por los recursos, la negociación territorial y el rol de cada espacio siguen marcando la agenda política.
Así, mientras se abre el análisis del paquete fiscal más importante del año, el oficialismo bonaerense transita un delicado equilibrio: mostrar unidad hacia afuera, sin ocultar que hacia adentro todavía hay cuentas pendientes por saldar.