La mora en el pago de créditos se extiende sobre sectores de ingresos altos y enciende una alarma - Política y Medios
17-11-2025 - Edición Nº6499

SISTEMA FINANCIERO

La mora en el pago de créditos se extiende sobre sectores de ingresos altos y enciende una alarma

09:27 |Un informe de SIISA revela que los atrasos en los pagos crecieron con fuerza y comenzaron a extenderse hacia segmentos tradicionalmente sólidos a nivel financiero. El ratio de irregularidad alcanzó el 3,7% en el último mes relevado.

 

La morosidad volvió a ubicarse en el centro de las preocupaciones del sistema financiero argentino. Esta vez, no solo por su avance sostenido, sino por un giro que rompe con los patrones históricos: el atraso en los pagos empezó a hacerse visible también entre los sectores de mayores ingresos.

Así lo expuso un informe de SIISA, elaborado a partir de datos del Banco Central y otras fuentes oficiales.

Según el estudio, el ratio de irregularidad del crédito alcanzó el 3,7% en el último mes relevado, un salto de medio punto porcentual respecto de la medición previa. Las moras menores a 90 días -un indicador que solía moverse cerca del 2%- treparon ahora al 5%, un registro que marca una aceleración inusual.

El fenómeno se replica tanto entre los préstamos otorgados por bancos como en el universo no bancario. En el sistema tradicional, las moras tempranas llegan al 4% en cantidad de créditos y al 5% en montos.

En las entidades no bancarias, en cambio, los porcentajes ascienden al 6% y 7%, respectivamente, profundizando una tendencia que se viene consolidando desde hace meses.

Pero el dato más llamativo no pasa por la magnitud general del deterioro, sino por su nueva distribución. Por primera vez en varios años, quienes registran un mayor incremento en sus atrasos son los segmentos de ingresos altos, un grupo que históricamente funcionó como ancla de estabilidad para el sistema.

“Que la mora empiece a crecer entre los sectores de mayores ingresos es el dato más revelador. Habla de un estrés financiero que ya no se limita a los segmentos más vulnerables, sino que empieza a alcanzar a quienes históricamente daban estabilidad al sistema”, explicó Alberto Teszkiewicz, coordinador de desarrollo e investigación de SIISA.

[Jóvenes y mujeres: los segmentos más desplazados del sistema]

El reporte también bucea en la dinámica por edad. Allí emerge otro patrón persistente: los jóvenes continúan siendo los que menos acceden al crédito. Apenas representan el 7% de la cantidad de préstamos y solo concentran el 3% de los montos, muy por detrás de los adultos menores de 60 años, que capturan el 71% en cantidad y el 79% en valores.

La explicación, señala el informe, está vinculada a su menor participación en el mercado laboral formal, menores ingresos y una tasa de incumplimiento más elevada. De hecho, los jóvenes exhiben atrasos en el 8% de sus créditos -equivalente al 10% del monto en mora temprana- y en el 9% de sus préstamos cuando se observan retrasos superiores a los 90 días.

Para este grupo etario, además, la diferencia entre cantidades y montos refleja una característica relevante: tienden a atrasarse en financiamientos de mayor volumen relativo.

Entre los adultos menores de 60 años y los mayores, la situación es más estable. La mora temprana y los atrasos superiores a 90 días se ubican en torno al 5% y 3% en ambos casos.

Los adultos mayores, sin embargo, muestran una participación particular: reciben el 23% de los créditos y abarcan el 18% de los montos totales, un reflejo de ingresos más acotados en comparación con la población económicamente activa.

El informe dedica un capítulo a las desigualdades de género en el sistema financiero. Con datos en línea con la Cepal y ONU Mujeres, SIISA recuerda que las mujeres perciben en promedio un 13% menos de ingresos laborales que los hombres, brecha que se amplía a 14% en el sector privado.

Esa diferencia repercute directamente en el financiamiento. Aunque las mujeres obtienen el 52% de los préstamos, solo acceden al 41% de los montos. Y el promedio de los créditos que reciben equivale al 64% del que se otorga a los varones.

“El menor crédito promedio tiene motivos multicausales: menores ingresos y mayor dificultad para demostrarlos, dado el mayor grado de informalidad, mayor desocupación y subocupación, entre otros factores”, señaló Teszkiewicz.

Otro aspecto destacado del estudio es el rol creciente de las entidades no bancarias. Aunque la banca tradicional sigue siendo la principal vía de financiamiento, la oferta alternativa ya explica el 46% de la cantidad de créditos y el 17% de los montos, con fuerte presencia entre jóvenes, mujeres y sectores de menores ingresos.

El documento concluye que el deterioro del comportamiento crediticio en los sectores de mayores ingresos constituye una señal inédita para el sistema.

“Además del crecimiento de la mora entre los sectores de mayores ingresos -una señal que rompe con todas las tendencias históricas-, persiste una fuerte concentración de falta de acceso entre jóvenes y mujeres. Los jóvenes siguen accediendo menos al crédito y se atrasan más, y las mujeres continúan recibiendo montos menores”, cerró Teszkiewicz.

En síntesis, el panorama del crédito en Argentina enfrenta una doble presión: un aumento generalizado de la morosidad y un ensanchamiento de los atrasos hacia segmentos que hasta hace poco eran sinónimo de solvencia. Todo esto, en un contexto de desigualdad persistente en el acceso al financiamiento, que ya muestra señales estructurales difíciles de revertir.

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