De youtuber a candidato libertario: Kaiser, las redes y el peligro de los discursos del odio que no encuentran freno - Política y Medios
15-11-2025 - Edición Nº6497

ANÁLISIS

De youtuber a candidato libertario: Kaiser, las redes y el peligro de los discursos del odio que no encuentran freno

10:21 |El triunfo o el buen desempeño de Johannes Kaiser sería una señal potente en América Latina: la política tradicional cede espacios ante figuras surgidas de las redes sociales, sin filtros intermedios, sin institucionalidad robusta.

Por: Mg. Lautaro González Amato*

 

Las elecciones presidenciales del próximo domingo en Chile ofrecen un escenario poco habitual: un youtuber transformado en político de primer nivel, un fenómeno que antes parecía reservado como “outsider”, ahora irrumpe con fuerza electoral. Johannes Kaiser, diputado y creador digital cabeza el Partido Nacional Libertario (PNL), que representa no sólo una candidatura de ultraderecha sino un experimento comunicacional

Con un discurso frontal de provocación como estrategia política, las redes sociales son su base de campaña. Detrás del show — AC/DC, banderas blancas, llamados a “mano dura” contra la delincuencia e incluso guiños a la dictadura de Augusto Pinochet— se agrupan tendencias que preocupan para las democracias latinoamericanas: la normalización de la agresividad verbal, de la simplificación extrema y del uso de redes sociales para agitar antes que dialogar.

La oferta de Kaiser, su ascenso y el desafío de la comunicación política

Kaiser llegó al centro de la conversación pública con una mezcla de youtuber político y figura disruptiva. “La emoción es el camino más corto hacia la acción política. Quien logra generar miedo o esperanza controla el comportamiento de las masas”, afirma George Lakoff, en “No pienses en un elefante”. 

Esto lo supo capitalizar al máximo Kaizen con promesas de “mano dura” contra la delincuencia (“este país no se está cayendo a pedazos, sino a balazos” declaró en su cierre de campaña); cierre de fronteras, expulsión de migrantes irregulares, indulto a policías y militares condenados por violaciones de derechos humanos, guiños al pinochetismo y un estilo que se presenta como “liberador” de un sistema que él califica de “decadente”. 

Su campaña es eminentemente digital: su canal de YouTube “El Nacional-Libertario” le permitió construir una base de seguidores, articular discursos sin filtro tradicional y convertir cada acción en contenido viral. Hace unos cuantos años Giovanni Sartori en “Homo Videns. La sociedad teledirigida” lanzó la máxima de que “la política actual se juega en la pantalla: quien no se comunica como espectáculo, simplemente no comunica.”, bien lo entendió el equipo de campaña de Kaiser.

En Instagram, la cuenta @joukaiser tiene 262.000 seguidores, en su canal de YouTube se reportan más de 167.000 suscriptores, mientras que 194.000 cuentas lo siguen en X hasta la fecha.  

El contexto ayuda: según el análisis del Parlamento Europeo sobre Chile 2025, el malestar social, la inseguridad, el desempleo (8.6%) y una migración creciente alimentan nichos de recepción para discursos duros de derecha. 

También el sociólogo Juan Pardo advierte que la emergencia de la candidatura de Kaiser es “síntoma de un malestar social subterráneo que aún no se ha expresado” y que su estilo polarizante capta un electorado antisistema.

Riesgos para la democracia 

Desde la perspectiva de la comunicación política, esta candidatura alumbra tres peligros específicos: en primer lugar la normalización del discurso del odio desde las expresiones de Kaiser relativizan crímenes de la dictadura, celebran la represión y agrupan inmigrantes, minorías, opositores como enemigos. 

En segundo término, la desintermediación y des-institucionalización del debate al apoyarse en redes y formatos digitales virales, se reduce el espacio del diálogo público tradicional, el fact-checking y la deliberación institucional.

Por último, la narrativa de emergencia permanente con mensajes que enuncian el “todo se vale” en nombre del orden, debilita la tolerancia al disenso y prepara un relato donde la democracia puede convertirse en un instrumento más que en un fin.

Comunicación política y el compromiso de contención democrática

El triunfo o el buen desempeño de Johannes Kaiser sería una señal potente en América Latina: la política tradicional cede espacios ante figuras surgidas de las redes sociales, sin filtros intermedios, sin institucionalidad robusta. De ahí radica también la oportunidad de la comunicación política: no solamente para ganar elecciones, sino para fortalecer la democracia a través del debate de las narrativas y propuestas de políticas que le mejoren el metro cuadrado a la sociedad, donde también las formas y canales sean importantes.

El desafío para Chile —y para otros países de la región— es doble. Por un lado, la derecha tradicional debe entender que ya no es suficiente con encuestas, con “orden y crecimiento”: tiene que conectar desde social y cultural. Por otro, la oposición democrática (centrada o progresista) debe hacer contracampaña de ideas sin caer en su lógica de provocación gratuita: es tanto comunicar como crear espacios de deliberación, transparencia y contención.

En términos concretos, la comunicación política exige una narrativa de futuro que proponga y no solo reactive mied, formas de participación digital que no deleguen la deliberación al troll o al algoritmo, sino al ciudadano informado y reglas de juego claras donde el monitoreo de discursos de odio, responsables en redes y el financiamiento de las campañas digitales sea visible.

Las elecciones en Chile ponen en juego mucho más que un gobierno: ponen en riesgo la calidad del sistema democrático. Si figuras como Kaiser crecen sin contestación, contrapesos ni cuestionamiento, lo que viene puede no ser solo un cambio de color político sino una transformación del propio contrato social.

La comunicación política —entendida como disciplina, técnica y ética— puede ser el antídoto. Claro que requiere más que memes o trending topics. Requiere relato serio, forma civil y compromiso colectivo. En la encrucijada chilena, ese antídoto aún tiene tiempo, aunque el reloj de la salud democrática haya comenzado hace rato a sonar. Porque al decir de Manuel Castells “comunicar no es solo transmitir mensajes, sino construir realidad. En democracia, esa construcción debe ser colectiva y responsable.

 

*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ, 2024.

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