Por: Lautaro González Amato*
Cuando Zohran Mamdani, de 34 años, fue elegido alcalde de Nueva York este 4 de noviembre, no solo rompió barreras identitarias —primer alcalde musulmán, surasiático y de esa edad en toda la ciudad—, sino que demostró el poder transformador de una comunicación política adaptada a la era digital, multicultural y socialmente fragmentada.
Su triunfo no fue fruto solo de una propuesta política convencional, sino de una campaña hipersegmentada, articulada desde abajo, que conectó con comunidades jóvenes, inmigrantes, trabajadores urbanos y con el ideal progresista de “ciudad para todos”.
Este relato ofreció certidumbre donde había desgaste: vivienda, transporte, empleo y accesibilidad a las minorías. En ese contexto, la comunicación política jugó un rol clave para construir legitimidad, movilizar nuevos electores y renovar la idea de lo que una ciudad puede ser.
Ejes de campaña, estrategia comunicativa y victoria
La plataforma de Mamdani estableció prioridades: congelamiento de alquileres en unidades reguladas, transporte público gratuito, creación de supermercados municipales para abaratar la canasta básica, salario mínimo de 30 dólares la hora para 2030 y aumento de impuestos a los millonarios y corporaciones.
En este contexto, The Guardian destacó que su victoria descansó en la combinación de “asequibilidad”, “movilización masiva” y “coalición diversa” (jóvenes, personas de color, inmigrantes) que superó al establecimiento demócrata.
Además ejecutó una estrategia comunicativa innovadora que vinculó grassroots digitales, es decir un enfoque estratégico desde la participación de comunidades e individuos en la toma de decisiones y en la promoción de ideas a través de plataformas digitales, a lo que se agregó el voluntariado masivo. Según el portal de noticias City & State, la campaña reunió más de 50.000 voluntarios en actividades puerta a puerta, campañas telefónicas y acciones de base que implicaron la emergencia de nuevas audiencias a los debates públicos
Desde su plataforma multilingüe e identitaria Mamdani habló con fluidez en varios idiomas, incluyendo árabe, español e hindi, y logró diversificar su mensaje cultural por toda la ciudad. Esto le permitió hablar a públicos que muchas campañas tradicionales ignoran.
El contenido emocional y simbólico de su discurso de campaña no fue solo “planes” sino “vida real”: mostrar qué cambiaría para el ciudadano común, hablar de “la ciudad que funciona para los que se esfuerzan, no para los que ya ganaron”. El arquetipo del joven inmigrante que llega, se organiza y transforma la ciudad resultó demoledor.
Finalmente la narrativa anti-elitista y de cambio en su narrativa enfrentó a los “millonarios”, a los intereses establecidos, a los que “compran elecciones”, instalando un marco de lucha colectiva y de quienes “hacen la ciudad funcionar”. El Business Insider lo resume como “victoria contra los multimillonarios que apostaron en su contra”.
Por qué ganó
Los votantes de Nueva York se cansaron de políticas que no redujeron los costos de vida: vivienda inasequible, transporte caro, salarios estancados. Mamdani ofreció un discurso que tocó esos puntos.
Además su campaña supo movilizar a segmentos que no participaban activamente: jóvenes, inmigrantes, comunidades diversas, personas desencantadas del “establishment demócrata”.
La comunicación política alineó mensaje, formato (digital, viral, multilingüe), movilización de base y contenidos concretos: no solo promesas sino la promesa visible de cambio. Por lo que su identidad personal —inmigrante, musulmán, surasiático— le dio credibilidad simbólica para hablar de la ciudad multicultural que propone, y le permitió desafiar la imagen tradicional del poder en Nueva York.
Las implicancias desde la comunicación política y los retos que vienen
La elección de Mamdani no es solo un hecho local: tiene lecciones globales para la comunicación política en contextos urbanos, multiculturales y fragmentados. Desde Argentina, por ejemplo, resulta relevante porque indica que no basta con hablarle al voto tradicional, sino que es imprescindible articular nuevos públicos, nuevos relatos, nuevas formas de movilización.
El ejemplo Mamdani desde la comunicación política ayuda a pensar en la adaptación del liderazgo del proyecto desde la diversidad lingüística, cultural y generacional de las ciudades. Si Mamdani ganó hablando en varios idiomas y conectando identidades, los partidos tradicionales que no lo hagan quedan fuera del volumen de conversación política.
Los medios digitales y la movilización de base ya no son complemento, son ejes de campaña. Mamdani no esperó la cobertura tradicional; construyó su narrativa en redes, en comunidad, en voluntariado activo.
El relato importa tanto como la propuesta: “ciudad para los que trabajan, no para los que especulan” es un lema que funcionó porque conectó lo económico, lo cultural y lo simbólico.
De esta manera el triunfo trae retos de legitimidad: gobernar significa cumplir lo que se promete. La comunicación ya no puede ser solo campaña, debe transformarse en gestión narrativa permanente, con transparencia, rendición de cuentas y actualización de discurso constante.
Retos inmediatos
Mamdani heredó una ciudad con costos brutales de vida, desigualdades profundas y resistencias estructurales. Su éxito dependerá de saber traducir la narrativa en resultados: vivienda, transporte y empleo. Si la promesa se desvanece, su legitimidad —gestada en una campaña brillante— quedará al descubierto.
Para los observadores de la comunicación política, su elección abre preguntas: ¿cómo se reajusta el poder tradicional con los nuevos liderazgos? ¿Cómo gestionan los medios y la cobertura este tipo de “insurgentes” que rompen el guión? ¿Cómo se sostiene un relato de cambio más allá de la victoria?
En definitiva el triunfo de Zohran Mamdani es un nuevo capítulo para los manuales de comunicación política moderna y un aviso para los partidos tradicionales que se atenían al guión antiguo. Si la política en Argentina, por ejemplo, quiere conectar con nuevas audiencias, debe tomar nota: movilización, diversidad y relato que empodera. Porque en la era digital, la política no solo se gana con promesas, sino con identidad narrativa.
*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ, 2024.