El Gobierno de Javier Milei endeudó al Banco Central (BCRA) por 27.000 millones de dólares y mantiene bajo reserva los datos sobre el verdadero estado contable de la entidad. No se conocen detalles sobre los plazos, tasas ni costos de estas operaciones, que reemplazaron los tradicionales mecanismos de manejo de liquidez como los pases activos y pasivos.
La primera etapa del endeudamiento se concretó con la emisión del bono Bopreal, por 10.845 millones de dólares en cuatro series, destinado a regularizar deudas comerciales de importadores y permitir el giro de utilidades a empresas multinacionales.
La segunda etapa incluyó un crédito con bancos internacionales por 2.000 millones de dólares, garantizado parcialmente con títulos del Tesoro de Estados Unidos y bonos Bopreal. Los términos del préstamo nunca fueron revelados.
En una tercera instancia, el BCRA absorbió como deuda los 2.100 millones de dólares aportados por el Tesoro estadounidense durante la campaña electoral, fondos que se vendieron en el mercado oficial para frenar la corrida cambiaria y sostener la política monetaria del Gobierno.
Durante esas negociaciones, la administración de Donald Trump facilitó un swap de monedas con el Tesoro de EE.UU., cuyos detalles —como tasa e instrumentos de garantía— siguen sin conocerse.
Los balances del Banco Central muestran que, entre el 23 y el 31 de octubre, su pasivo en dólares saltó de 24.000 millones a más de 27.000 millones. El análisis de esos documentos sugiere que la entidad cambió una Letra en pesos entregada al Tesoro estadounidense por una nueva deuda en dólares, operación que no fue reflejada con claridad en los informes oficiales.
Según los registros, la deuda en pesos cayó casi 1.900 millones de dólares mientras la deuda en moneda extranjera aumentó unos 2.400 millones, lo que indica un traslado de pasivos oculto al mercado. Parte de esa variación se vincula también a los movimientos del rubro “Otros pasivos”, donde figuran el swap con China y otras obligaciones externas.
Para los analistas internacionales y organismos como el FMI, la acumulación de reservas es clave para la capacidad de pago de la deuda argentina. Sin embargo, tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del BCRA, Santiago Bausili, han rechazado esa estrategia. En lugar de reservas, el Banco Central acumula deuda, mientras las únicas compras de dólares se hacen desde el Tesoro nacional.
Durante la campaña, el Tesoro vendió sus divisas y el BCRA quedó sin margen de acumulación. A esto se suma la decisión de Milei de mantener las bandas de flotación cambiaria, que ajustan solo 1% mensual frente a una inflación superior al 2%, generando una apreciación del tipo de cambio. La confirmación de esa política provocó este jueves un fuerte retroceso de las acciones argentinas en Wall Street, mientras el mercado local permaneció cerrado por feriado bancario.