La Confederación General de los Trabajadores (CGT) eligió a sus representantes este miércoles, en medio de un clima enrarecido por la avanzada de un Gobierno Nacional fortalecido por el voto de medio término para impulsar una Reforma Laboral e Impositiva.
La especulación respecto a la postura que adoptaría la central obrera ante la ofensiva del presidente Javier Milei y sus equipos técnicos en materia laboral venía marcando la tónica de las conversaciones entre la dirigencia gremial, pero también en las bases militantes -que en muchos casos reclaman mayor confrontación al modelo libertario-.
También en línea con el clima de época, los gremios más asociados con la terminal kirchnerista dentro del peronismo fueron desplazados de la mesa de conducción de la CGT, acusando el reordenamiento derivado del revés electoral del 26 de octubre.
Los congresales optaron por una alternativa dialoguista, en línea con el sector dialoguista de Héctor Daer, que ubicó a Jorge Sola en uno de los sillones del triunvirato. Por su parte, el Sindicato de Camioneros hizo gala de su peso propio y logró que Octavio Arguello revalide su lugar en representación de los Moyano.
El último ingido fue Cristian Jerónimo, del Sindicato del Vidrio. Uno de los favoritos en la previa que viene a ponerle cara a la renovación generacional, con respaldo del titular de la UOCRA, Gerardo Martínez. De este sector se espera una mayor predisposición al diálogo y la colaboración con Casa Rosada.
Lejos del esquema de toma de decisiones quedaron sindicatos más ligados al kichnerismo como La Bancaria, que se mantiene afuera de la central, o la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), a cargo de Abel Furlán. Aunque en ese último caso el desplazamiento es relativo: el metalúrgico Osvaldo Lobato, de San Martín, fue ungido en la estratégica Secretaría Gremial.
La posibilidad de que una mujer integrara el triunvirato también beneficiaba las chances del kirchnerismo, sobre todo si la elección recaía sobre la dirigente Vanesa Siley, secretaria general de Judiciales de la Ciudad, diputada nacional y cercana a la ex presidenta Cristina Kirchner.
Pero esa postulación no estuvo ni cerca de materializarse, así como tampoco la elección de Maia Volcovinsky, también de Judiciales y otra de las candidatas que sonaba para reducir la brecha de género en la central.
La posibilidad de incluir a una mujer en el triunvirato había sido barajada en las reuniones previas y durante el Congreso, pero finalmente no prosperó. Si se dio un paso adelante en le empresa del trasvasamiento generacional con Jerónimo, la participación femenina en la mesa de decisiones continúa siendo una cuenta pendiente.
🏛️ 𝗖𝗢𝗡𝗚𝗥𝗘𝗦𝗢 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗘𝗗𝗘𝗥𝗔𝗖𝗜𝗢́𝗡 𝗚𝗘𝗡𝗘𝗥𝗔𝗟 𝗗𝗘𝗟 𝗧𝗥𝗔𝗕𝗔𝗝𝗢 (𝗖𝗚𝗧)
— Conclusión (@ConclusionRos) November 5, 2025
Congreso de la Confederación General del Tabajo (CGT). Con más de 2.200 delegados acreditados, la central de trabajadores se dispone a elegir la nueva conducción pic.twitter.com/MVcDAwnrxu
El resto de la conformación del poder de la central siguió por los carriles habituales: Andrés Rodríguez, de UPCN, renovó sus credenciales para la Secretaría Adjunta y Gerardo Martínez, el jefe de la UOCRA, hizo lo propio para la Secretaría de Relaciones Internacionales, una suerte de “Cancillería” de la CGT.
Los salientes Daer y Acuña abandonaron las sillas principales pero no cayeron lejos del árbol: el primero se hizo de la Secretaría del Interior y el segundo hizo lo propio con la de Turismo.
El anfitrión José Luis Lingeri, que recibió a los gremios confederados en el estadio Obras Sanitarias, quedó en Acción Social. Entre los ‘Gordos’ (gremios de servicios), y los ‘Independientes’, donde fungen Andrés Rodríguez y Martínez, volvieron a repartirse la torta.
La UTA, comandada por Roberto Fernández, no estuvo de acuerdo con el triunvirato, que se votó a mano alzada, razón por la cual el dirigente abandonó antes el Congreso de su culminación.
La misma postura tuvo el gastronómico Luis Barrionuevo, otro de los históricos que pedían volver al modelo tradicional del unicato bajo la conducción de un solo secretario general.
Lo que Barrionuevo pareciera negarse a entender es que, como en el peronismo, la unidad es imposible y las mesas colegiadas parecen ser la norma.