El presidente Javier Milei sorprendió este domingo al anunciar la incorporación de Diego Santilli como nuevo ministro del Interior. El dirigente del PRO, cercano a Mauricio Macri, reemplazará a Lisandro Catalán, desplazado en el marco de una serie de movimientos que reconfiguran el gabinete libertario.
El nombramiento fue confirmado por el propio Milei a través de su cuenta en la red social X, donde destacó que Santilli tendrá la misión de “articular con los gobernadores y legisladores los consensos necesarios para las reformas que vienen de cara al futuro”. El mensaje, de tono institucional, no logró disipar las lecturas políticas que se desataron inmediatamente después del anuncio.
Santilli desembarca en un cargo clave para la relación entre el Poder Ejecutivo y las provincias, en un contexto de fuerte tensión con los mandatarios locales. Su perfil dialoguista y su trayectoria dentro del PRO contrastan con el estilo rupturista y confrontativo que Milei mostró desde el inicio de su gestión.
TENEMOS MINISTRO DEL INTERIOR:
— Javier Milei (@JMilei) November 2, 2025
Bienvenido Colo Santilli.
Diego será quien llevará adelante las conversaciones con gobernadores y legisladores para poder articular con el Congreso de la Nación cada uno de los consensos necesarios para las reformas que vienen de cara al futuro.… pic.twitter.com/8IHIUkVT5O
La designación no pasó inadvertida dentro ni fuera del oficialismo. Apenas conocida la noticia, Mauricio Macri felicitó públicamente a Santilli, calificando su incorporación como “una gran noticia para el Gobierno y para el país”. El mensaje, interpretado como una señal de respaldo, reforzó la idea de que detrás de la decisión presidencial hay una creciente influencia del expresidente sobre el rumbo político del Gobierno libertario.
No es la primera vez que los caminos de Milei y Macri se cruzan de manera significativa. En los últimos meses, ambos mantuvieron encuentros reservados en Olivos y conversaciones sobre la situación económica y la relación con el Congreso. La entrada de Santilli, uno de los hombres de confianza del macrismo, parece sellar un nuevo entendimiento entre el libertarismo y el PRO.
Para algunos observadores, se trata de una movida pragmática de Milei, acorralado por la falta de estructura política propia y la necesidad de articular con un Congreso fragmentado. Santilli ofrece experiencia territorial, vínculos con los gobernadores y una reputación de gestor moderado, atributos escasos en el entorno libertario. En ese sentido, su desembarco podría ser leído como un intento del presidente de garantizar gobernabilidad.
Pero la lectura no es unánime. Dentro de La Libertad Avanza, varios dirigentes interpretan el nombramiento como una cesión ante el “viejo régimen” que Milei prometió combatir. “Traer a Santilli es entregar la llave del gobierno al PRO”, deslizó un legislador oficialista off the record. En la oposición, en cambio, algunos ven en este movimiento una confirmación de la “cooptación” del Gobierno por parte del macrismo, que habría encontrado la manera de reinsertarse en el poder a través de figuras intermedias.
Quiero felicitar a @diegosantilli por su designación como nuevo ministro del Interior. Es una incorporación muy positiva para el Gobierno. Como dirigente del PRO de gran experiencia, confío en que, en este momento clave, podrá articular con los gobernadores la implementación de…
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) November 2, 2025
El Ministerio del Interior, que Milei había reducido al mínimo en sus primeros meses, recupera así un peso político inusual en su esquema original. La llegada de Santilli, hombre de diálogo, podría reactivar los vínculos con las provincias, pero también introducir tensiones con la línea más ideológica del presidente, representada por sus asesores más cercanos.
De fondo, late una pregunta que atraviesa la escena política: ¿hasta qué punto el macrismo está condicionando el proyecto libertario? El ingreso de Santilli, uno de los dirigentes más leales a Macri, sugiere una influencia creciente del expresidente en la toma de decisiones de Milei. Algunos analistas incluso plantean que la nueva arquitectura de poder en la Casa Rosada es, en los hechos, una cohabitación entre el liberalismo de Milei y el pragmatismo del PRO.
El riesgo político es evidente. El discurso de ruptura total con la “casta” —que llevó a Milei al poder— se ve desafiado por una designación que encarna lo contrario: la integración del viejo sistema político al nuevo gobierno. El libertarismo enfrenta ahora el desafío de justificar ante su base electoral por qué un dirigente de trayectoria clásica, formado en la escuela de Macri, ocupa una de las carteras más sensibles del gabinete.
Con la llegada de Diego Santilli, el gobierno de Milei parece iniciar una nueva etapa: más política, más negociadora y, posiblemente, más dependiente de los equilibrios del poder tradicional. La pregunta que sobrevuela a partir de ahora es si este movimiento representa un paso hacia la gobernabilidad o el primer signo de que el macrismo ha comenzado a colonizar, desde adentro, el proyecto libertario.