Con la inercia del triunfo legislativo, el presidente de la Nación, Javier Milei, convocó de urgencia a un grupo amplio de gobernadores para este miércoles a las 17 horas en la Casa Rosada, con el objetivo de pedir cooperación política y asegurar respaldo parlamentario a las reformas impositiva y laboral que el Ejecutivo pretende impulsar en el corto plazo.
El mandatario estará acompañado por su círculo más cercano: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el ministro del Interior, Lisandro Catalán.
La cumbre, según fuentes oficiales, buscará mostrar una foto de gobernabilidad tras la victoria en las urnas y comenzar a delinear acuerdos con las provincias de cara a las sesiones extraordinarias del Congreso, previstas para comienzos del año próximo.
Algo que va en sintonía con las demandas de solvencia política que han llegado desde el FMI y el Tesoro estadounidense, como parte del plan para construir una confianza internacional, que requiere de ciertos estándares de diplomacia ausentes en los primeros años de Gobierno libertario.
Entre los invitados figuran nombres de peso y de distinto signo político: Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Raúl Jalil (Catamarca), Claudio Poggi (San Luis), Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio “Nacho” Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz).
También confirmaron su asistencia Osvaldo Jaldo (Tucumán), Hugo Passalacqua (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires).
Dos gobernadores no podrán asistir y enviarán a sus vices: Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rolando Figueroa (Neuquén). La sorpresa del convite fue el pampeano Sergio Ziliotto, cercano al kirchnerismo, quien confirmó que estará presente a pesar de integrar el bloque de seis mandatarios peronistas que, en principio, no serían convocados a esta ronda de diálogo.
La estrategia del Ejecutivo es clara: no perder el envión electoral y acelerar el tratamiento de las reformas estructurales que Milei considera claves para consolidar su programa económico. Las iniciativas aún no están redactadas y se elaborarán después de que el Consejo de Mayo, el espacio tripartito que reúne a los tres poderes del Estado junto al sindicalismo y al empresariado, entregue su informe final a mediados de diciembre.
El oficialismo llega fortalecido al Congreso tras el resultado del domingo, con bloques más robustos en ambas cámaras, aunque todavía necesita aliados entre los legisladores que responden a los gobernadores. La Casa Rosada da por descontado que no contará con el apoyo del kirchnerismo, por lo que el consenso con los mandatarios provinciales será determinante para avanzar.
El santafesino Maximiliano Pullaro, que venía manteniendo posiciones críticas frente al Gobierno nacional, se mostró dispuesto a acompañar. “Vamos a apoyar todo lo que entendemos que está bien y todas las reformas que hay que llevar adelante. Reforma laboral, reforma impositiva: no podemos tener la carga tributaria que tiene hoy la República Argentina”, aseguró en las últimas horas.
Las palabras de Pullaro reflejan el clima expectante que domina entre los gobernadores: la reforma impositiva despierta interés por su posible impacto en las cuentas provinciales, mientras que la laboral ya encendió las alarmas de la CGT, que anticipó su rechazo a cualquier modificación que implique “retrocesos” o “pérdida de derechos”.
Después de este encuentro con los mandatarios, Milei tiene previsto un nuevo cara a cara con Mauricio Macri en la residencia de Olivos, al mediodía del jueves. Será la tercera reunión entre ambos desde septiembre, cuando el libertario sufrió la derrota en la provincia de Buenos Aires. Esta vez, el diálogo se dará con un escenario político cambiado: el oficialismo llega con las urnas a su favor y con la vista puesta en las reformas que marcarán el tono del próximo año.