
El presidente de la Nación, Javier Milei, viajó a Tierra del Fuego para hacer campaña por sus candidatos haciendo gala de la maquinaria pesada del Estado. Tres aviones oficiales -un Lear 60, un Boeing 737 y un Twin Otter- lo trasladaron junto a su comitiva para realizar actos de campaña.
El operativo le costó más de 130 mil dólares al Estado y, para colmo, terminó en fiasco: el presidente debió suspender la caminata prevista en Ushuaia por falta de gente.
El Lear 60 tiene un gasto mínimo de 30 mil dólares entre ida y vuelta a Ushuaia, mientras que el Boeing 737, con capacidad para 180 pasajeros, implicó un costo operativo en combustible de al menos 100 mil dólares.
Pero además, se sumó el Twin Otter, un avión utilitario de 20 plazas que fue declarado como vuelo de LADE, para ocultar su utilización para trasladar a la más que numerosa comitiva presidencial.
A pesar de este gran esfuerzo, la movilización para recorrer la ciudad que convocó Milei no logró reunir más de 70 personas, por lo que habló algunas palabras a través de un megáfono y volvió al hotel donde se encontraba alojado.
Al escaso apoyo hay que agregarle un clima sumamente tenso, en una ciudad fuertemente golpeada por la apertura de importaciones, que afectó significativamente la capacidad competitiva de su complejo industrial; a pesar de las exenciones impositivas de las cuales gozan sus empresas.
En este marco, diferentes sectores sociales se organizaron para salir a la calle, pero para manifestar el repudio al Gobierno de La Libertad Avanza. Trabajadores nucleados en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), docentes, estatales y vecinos marcharon con banderas argentinas.
Los cánticos contra el jefe de Estado se hicieron sentir, y corearon canciones que le recordaron las sospechas de corrupción en torno a Karina Milei, la secretaria General de la Presidencia: “¡Tres por ciento, tres por ciento!”.
Entre los puntos de conflicto principales se encuentra el cierre de Australtex, la última gran textil de la provincia, que dejó sin empleo a entre 500 y 600 trabajadores tras el cambio en el régimen de área aduanera especial decidido por el Ejecutivo.
Milei tuvo que suspender su caminata en Ushuaia por las manifestaciones. Ya no puede caminar mas por ningún lado. Del extremo norte al extremo sur del país, el desprecio es absoluto. pic.twitter.com/xnX0CAHuBy
— Martín Dandach (@MartinDandach) September 29, 2025
En contraste con ese escenario de conflicto, la visita más relevante de Milei en la provincia fue a la planta de Newsan, el grupo empresarial cuyo negocio depende de un régimen de beneficios fiscales que el propio Gobierno libertario critica públicamente, ya que -además- basaba su competitividad en los aranceles a exportaciones.
Sin embargo, desde Casa Rosada deben haber leído que la cosa no estaba como para seguir sumando descontentos, y Milei pronunció un discurso donde resaltó la baja de impuestos en la región y hasta lo ponderó como un modelo a seguir para el desarrollo productivo.
Para sostener este régimen, el Estado nacional renuncia a unos US$3.000 millones de dólares anuales en concepto impositivo. Aunque el cálculo es contrafáctico, ya que sin estos beneficios sería difícil estimar el rendimiento comercial del complejo del "fin del mundo".
Se trata, más bien, de una política estratégica para promover el empleo y sostener la demografía en la provincia más austral del país, región clave para los intereses territoriales nacionales, como por ejemplo el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.
Lo cierto es que la aventura de Milei no salió como se esperaba. El jefe de Estado comienza a recorrer el país después de dos años y cosecha lo que viene sembrando: enojo, indiferencia; y un respaldo cada vez más tibio cimentado en una fe ciega.