Se dio vuelta la tortilla: Milei vuelve con el caballo cansado, pero los gobernadores ahora no lo atienden - Política y Medios
10-09-2025 - Edición Nº6431

REPERCUSIONES POST ELECTORALES

Se dio vuelta la tortilla: Milei vuelve con el caballo cansado, pero los gobernadores ahora no lo atienden

10:20 |Convocada de apuro para contener el impacto electoral, la “mesa federal” del Gobierno fue recibida con silencio e incrédulo escepticismo. En plena campaña y sin barrio propio, los mandatarios prefirieron reagruparse en Córdoba.

El Gobierno nacional ya inició el operativo para recuperar el diálogo con las provincias luego de la paliza sufrida en las elecciones bonaerenses, aunque por el momento la reacción desde el interior del país es tibia.

El choque con la realidad del domingo obligó a La Libertad Avanza a rediseñar sus estrategias, y el primer síntoma fue la tregua al frente de batalla que el presidente Javier Milei mantiene con los gobernadores. Desde Casa Rosada buscaron transmitir dialoguismo llamando a una “mesa de diálogo federal” para superar el cimbronazo electoral.

El problema es que, a esta altura del partido, pocos ven un negocio en aliarse con el Poder Ejecutivo. Un espacio viciado de sospechas de corrupción y un espíritu beligerante, que fue sembrando desde el inicio del mandato, pero que profundizó en los últimos meses abriendo frentes de conflicto con un crisol de actores sociales y políticos de todo el espectro ideológico.

Si desde el entorno del presidente, luego de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, creyeron que tenían un diagnóstico del fuerte respaldo social al proyecto libertario, las sucesivas elecciones provinciales fueron desmintiendo que esa realidad fuera extrapolable al resto del país.

La paliza en Provincia de Buenos Aires fue el golpe de gracia, ya que allí estaban depositadas muchas de las expectativas del armado mileísta para traccionar una elección auspiciosa en octubre. El trago amargo desplomó esa ilusión y devolvió al oficialismo a tierra firme, obligándolo a rediseñar las estrategias.

Pero este gesto se topó con una realidad más cruda: ninguno de los gobernadores más cercanos confirmó su asistencia. El apoyo electoral era el máximo capital político del presidente y, puesto en duda, a pocos les resulta atractivo. Más aún si se contempla que el sello distintivo de Milei para vincularse con otros actores y fuerzas políticas ha sido el sometimiento, lejos de cualquier simetría.

En este marco, el silencio fue la primera respuesta. Ni siquiera los mandatarios más colaboradores con el oficialismo dieron el visto bueno. Esto implica una alarma que se extiende a otras áreas de la gobernabilidad, ya que se trata de los mismos gobernadores que facilitaron votos en el Congreso en muchos momentos clave de la gestión.

Cuando el salteño Gustavo Sáenz rompió el hielo, lo hizo con una frase que ya duele: “No son leones, son palomas de iglesia, porque cagan a los fieles”. Allí quedó escrito el fondo del desencanto: promesas incumplidas, obras que nunca llegaron, financiamiento pendiente. Y esa falta de reciprocidad es ahora la piedra ínmóvil del vínculo con la Casa Rosada.

La contraofensiva se activó desde Provincias Unidas, donde el grupo de seis mandatarios definió concentrarse este viernes en Río Cuarto, Córdoba -más allá del acto oficialista- para definir una postura colectiva. Quieren estar, claro, pero con un mínimo de condiciones y agenda clara.

Allí estarán Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Un variopinto conglomerado que reúne a mandatarios de regiones geográficas, partidos políticos e identidades muy diversas, sólo posible en el marco de desamparo al federalismo que propició el propio Milei.

El sometedor sistemático de Casa Rosada mostró la hilacha con una derrota contundente en un distrito fundamental, y su influencia se vio debilitada repentinamente. La foto hoy es que, luego de un desprecio sostenido, Milei llama pretendiendo ser atendido como si no hubiera corrido agua bajo el puente.

Ahora, deberá cambiar su postura de manera notable para tener una chance de reanudar las relaciones, y esto no garantiza que vayan a fluir tal y como lo necesita el Gobierno. Más bien parece haber un escenario mucho más propicio a la exigencia de todo lo que se negó en esta primera mitad del mandato, y que seguramente configurará una afrenta al férreo ajuste fiscal que el presidente no negocia.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscribite a nuestro boletín de noticias

Más Noticias