
El termómetro económico bonaerense acaba de encender una alarma clara: la actividad económica cayó 1,4% en agosto, según el índice Pulso PBA, desarrollado con más de 1.200 indicadores diarios mediante inteligencia artificial.
Desde La Plata cuestionan el endurecimiento monetario impulsado por el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, que hoy perfora el poder adquisitivo real de familias, las pymes y también del Estado.
El presidente del Banco Provincia, Juan Cuattromo, atribuyó el retroceso al “endurecimiento monetario” impulsado por el Banco Central y reclamó explicaciones. La decisión de subir encajes -el porcentaje de dinero que los bancos deben inmovilizar- no sólo drenó liquidez sino que generó un corte abrupto en la dinámica económica.
“Se busca que no haya un peso en la economía”, dijo, y advirtió que esa política desincentiva la producción, el consumo y debilita al propio Estado provincial.
El escenario es preocupante: la caída en la actividad se sintió en el comercio y la industria, pero también en el consumo familiar. Cuattromo alertó sobre el aumento de la morosidad en tarjetas, particularmente en pagos mínimos, lo que revela que muchas familias apelaron al crédito para cubrir necesidades básicas.
Desde la banca pública bonaerense vemos con preocupación el rumbo económico del Gobierno nacional. El ajuste fiscal no puede ser sinónimo de abandono. Lo que se observa es más bien una decisión de política cambiaria de cara a las elecciones que va en detrimento de las condiciones…
— Juan Cuattromo (@JCuattromo) September 1, 2025
La receta monetaria, justificable sólo en teoría como una forma de disciplinar precios, se convierte, según el titular de la banca pública bonaerense, en un freno al bienestar.
Este índice no es anecdótico; llega en un momento donde el Gobierno busca cerrar la grieta política antes de octubre. Y si bien la narrativa oficial insiste con que la inflación está bajando, el costo económico del ajuste ya impacta en las bases. El índice Pulso anticipa lo que los números oficiales aún no muestran: sin crédito, sin pesos en la calle, y con políticas restrictivas sin calibración, es probable que lo que viene sea más recesión, no recuperación.
En suma, lo que hoy se ve es un frenazo real, no anunciado, agravado políticos y sociales, y que expone el límite entre disciplina monetaria e insensibilidad económica. La pregunta es, si esto no cambia, ¿qué forma tomará la economía bonaerense en lo inmediato? Y más allá, ¿cómo pinta el calendario político cuando la recesión ya no es anticipada, sino presente?