
El Senado le asestó este jueves un nuevo golpe al Gobierno: con una mayoría abrumadora, la oposición anuló los decretos delegados de Javier Milei que buscaban desguazar organismos clave como el INTI, el INTA, el Banco Nacional de Datos Genéticos, áreas de Cultura y la Marina Mercante.
El rechazo, construido tras cuatro horas de debate, dejó al bloque libertario paralizado y sin directivas claras desde la Casa Rosada.
El encargado de clausurar la discusión fue el formoseño José Mayans, jefe del interbloque peronista, que combinó ironía con advertencias políticas. Apuntó a las “extravagancias” de Milei y al descontrol financiero instrumentado por Luis “Toto” Caputo y Federico Sturzenegger. Con mordacidad, relató que el Presidente entró “en éxtasis” cuando el ex titular del Banco Central le explicó su plan económico.
Pero Mayans fue más allá: tildó de “corrupto” al mandatario, aludiendo a los audios filtrados del exfuncionario Diego Spagnuolo que detallan un esquema de coimas que salpica a Karina Milei y a los Menem. Y lanzó la amenaza que resuena en Balcarce 50: “Acá dejan el arco libre y le vamos a meter todos los goles juntos. Tiene que sesionar todas las semanas el Congreso”.
El oficialismo, que hasta hace días confiaba en mantener cerrado el Senado hasta después de las elecciones de octubre, recibió así una señal inequívoca de que la oposición planea acorralar al Ejecutivo con sesiones semanales.
Ni Taiana, ni Schiaretti. El presidente que va a salir de la asamblea legislativa es Mayans pic.twitter.com/HJqVNunb0j
— Stekelenburg (@MatiSalinger) August 22, 2025
La escena del inicio reflejó la confianza de la oposición: cuando Victoria Villarruel ingresó al recinto y ordenó escuetamente “identifíquense en sus bancas”, el quórum ya estaba garantizado. A diferencia de sesiones anteriores, Mayans y los suyos no debieron sudar para reunir números: tenían dos tercios asegurados.
En la previa, el formoseño había advertido en la reunión de Labor Parlamentaria que podía forzar sesiones todas las semanas. Y cumplió. El peronismo, además, ya tenía en carpeta proyectos sensibles, como la emergencia pediátrica del Garrahan y el refuerzo presupuestario para las universidades, con dictámenes listos desde las comisiones.
El intento del oficialismo de posponer el temario hasta el 27 de agosto, con la idea de ganar tiempo en plena campaña electoral, se desmoronó rápidamente. La ausencia programada de figuras clave de la UCR, como Eduardo Vischi, Mercedes Valenzuela y Carlos “Camau” Espínola, dejó a La Libertad Avanza sin margen de maniobra.
La debilidad libertaria también quedó expuesta en las grietas internas del radicalismo. A la ausencia de los senadores de peso se sumó el malestar del chaqueño Víctor Zimmermann, incómodo con la presión de Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem en la interna provincial.
En ese vacío, los aliados “colaborativos” con Milei terminaron cediendo a la presión de Mayans. “No me llamó el gobernador ni me llamaron los libertarios”, confesó una legisladora que terminó optando por darle quórum al peronismo.
Mientras en la Casa Rosada confiaban en que no hubiera más sesiones hasta diciembre, la oposición prepara una ofensiva legislativa que apunta directo al corazón institucional: la ampliación de la Corte Suprema y la designación de nuevos auditores para la Auditoría General de la Nación (AGN).
El Gobierno, atrapado entre el desgaste político y la falta de disciplina parlamentaria, sufrió así otro traspié en su relación con el Congreso. Un escenario que recuerda el revés sufrido semanas atrás en Diputados, cuando la oposición logró anular varios decretos clave de Milei y Sturzenegger.
El mensaje de Mayans fue claro: el Senado no está dispuesto a ser una escribanía del Ejecutivo y, si el oficialismo no logra ordenar sus filas, el peronismo se encargará de marcar la agenda parlamentaria de acá a fin de año.