
En plena madrugada, fuerzas federales llevaron a cabo 14 allanamientos ordenados por el juez Sebastián Casanello, a pedido del fiscal Franco Picardi, en el marco de la investigación por presuntas coimas en la compra de medicamentos por parte de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), tras la filtración de audios atribuidos a su ex director, Diego Spagnuolo.
Los procedimientos se realizaron en la sede de ANDIS, en la Droguería Suizo Argentina -patio de operaciones señalado por Spagnuolo- y en los domicilios particulares del funcionario echado por Milei, de Daniel Garbellini (ex director de Acceso a Servicios de Salud de ANDIS), y de los directivos de la Suizo Argentina, Emmanuel y Jonathan Kovalivker.
Uno de los procedimientos más destacados del operativo se dio cuando Emmanuel Kovalivker fue interceptado en Nordelta dentro de su automóvil con sobres que contenían más de 200 mil dólares y anotaciones vinculadas a la operatoria corrupta; material que fue secuestrado para la investigación junto a su celular.
En cambio, ni Spagnuolo ni Garbellini fueron localizados, por lo que sus teléfonos permanecen fuera del alcance de la Justicia, aunque el juez ordenó su búsqueda urgente.
Los audios filtrados describen con precisión el circuito: “La gente de la Suizo llama a los otros proveedores y les dice: 'no es más el 5%, vas a tener que poner el 8... lo traés a la Suizo y nosotros lo subimos a Presidencia'”, se escucha en una línea atribuida a Spagnuolo.
En otro tramo de los registros revelados en Data Clave, el ex titular de la ANDIS revelava cómo se distribuye el botín, describiendo que “a Karina le llega el 3%... y 'Lule' Menem se lleva su parte”.
Según los registros, todo esto ocurría por fuera de su órbita, coordinado por funcionarios que respondían a los Menem y él se lo había ido a contar al presidente de la Nación, Javier Milei. Además, se lo escucha decir que lo hacen “de ratas”, ya que se trataba de un beneficio de “20 o 30 mil dólares al año”.
El Gobierno reaccionó rápido: Spagnuolo fue removido de su cargo inmediatamente después de que el escándalo se hiciera pública, la Agencia fue intervenida por el ministro de Salud, Mario Lugones, y se anunció la apertura de una auditoría interna, aunque sin desmentir oficialmente la veracidad de los audios.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, le soltó la mano a quien resulte salpicado por este hecho y sostuvo: “No pongo las manos en el fuego por ningún funcionario”, ni siquiera “por la hermanísima Karina”, lo que solo reforzó el manto de sospecha sobre la Casa Rosada.
Este capítulo complejiza aún más el frente de conflicto que mantiene el Gobierno en el área de discapacidad, luego del ajuste presupuestario ejecutado y el veto presidencial a la Ley de Emergencia.
A la vez, viene a constituir un exabrupto más de corruptela a la extensa lista que ha cosechado el Gobierno en tan sólo 20 meses de administración; y que cuenta con hitos como la venta de candidaturas; sobrefacturaciones en Capital Humano; acopio de toneladas de alimentos próximas a vencer; el ingreso de valijas con órdenes desde Casa Rosada de no revisar en Aduana; la criptoestafa Libra con la tracción del posteo del presidente o la adjudicación de licitaciones multimillonarias a empresas de la familia Menem.
El caso Spagnuolo pondrá a prueba la destreza de los operadores judiciales del Gobierno nacional para dilatar lo más posible la investigación y evitar novedades que lleguen como un cimbronazo al electorado antes de las elecciones de octubre.
sino que sumó la evidencia tangible de una estructura recaudadora con nombres, porcentajes y pruebas físicas. Habrá que ver ahora si la Justicia acelera o si el oficialismo logra frenar el quiebre institucional en el último tramo electoral.