Periodismo militante: “Tronco” salta de Neura a ser candidato de Milei - Política y Medios
18-08-2025 - Edición Nº6408

LEGISLATIVAS DE OCTUBRE

Periodismo militante: “Tronco” salta de Neura a ser candidato de Milei

11:00 |Sergio Figliuolo, conductor y socio de Fantino en el canal Neura, quedó en el puesto 11 en la lista bonaerense de La Libertad Avanza. Una elección política que distorsiona los límites entre medios, pauta estatal y carrera electoral.

La Libertad Avanza oficializó una de sus sorpresas más llamativas: incorporó en el puesto 11 de su lista bonaerense al streamer Sergio “Tronco” Figliuolo, conductor de Neura y socio de Alejandro Fantino. La decisión confirma una estrategia clara: apuntalar con figuras mediáticas vinculadas al ecosistema oficialista, incluso sin trayectoria política.

La cercanía de Figliuolo con el núcleo del poder libertario no es una novedad: entrevistó a Javier y Karina Milei en el canal, incluso durante un programa especial con sus perros; y la línea editorial de sus programas (así como la del canal) comparte contenidos de respaldo constante al proyecto oficialista. Pero ahora la figura traspasa la pantalla para ocupar un lugar en el armado legislativo.

La inclusión provoca tensiones adicionales. Neura, cadena a la que está asociado, se consolidó gracias a recursos vinculados con pauta estatal. En un contexto donde Milei proclamó la eliminación de la publicidad oficial, YPF -empresa pública que sigue pautando- erogó sumas millonarias en medios como el de Fantino. Una contradicción difícil de eludir.

El gesto consolida una ambigüedad: mientras se predica la supresión de la pauta estatal como praxis virtuosa, se sostienen círculos mediáticos con respaldo indirecto del Estado. Ese flujo difuso entre medios, pauta y poder pone en entredicho la transparencia en la comunicación oficial.

La candidatura de Figliuolo viene a reforzar la lógica electoral del outsider: no se busca cuadros con trayectoria partidaria, sino con masa y visibilidad. En el entorno libertario consideran que medios bien aprovechados y públicos afines son la plataforma ideal. Pero la medida plantea un dilema ético, sobre todo cuando las fronteras entre comunicación pública y campaña aparecen cada vez más permeables.

Este caso también expone cómo el oficialismo redefine su base electoral, cooptando audiencias mediante figuras que pisan fuerte en redes, pero representan el debilitamiento institucional de los partidos clásicos.

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