
El Gobierno nacional enfrenta un nuevo caso de manejos espurios que mancha la reputación de la marca La Libertad Avanza, a raíz del contrato adjudicado por el Banco Nación a la empresa Tech Security S.R.L., propiedad de los Menem.
La compañía, que es conducida por los hermanos del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, Adrián y Fernando; se adjudicó una licitación por alrededor de $4 mil millones para prestar servicios de vigilancia en la entidad financiera pública.
La noticia enfureció al presidente de la Nación, Javier Milei, a quien los casos de corrupción de su entorno parecen filtrarsele como agua entre las manos.
Al escándalo de $Libra que lo tuvo como protagonista, le siguió el de las 10 valijas traídas de EE UU en un vuelo privado que ordenaron no revisar en Aduana. Caso presuntamente vinculado a Santiago Caputo, de vínculo estrecho con el empresario Leonardo Scatturicce, el dueño del avión y jefe de la 'valijera' Laura Belén Arrieta.
Ahora, la pálida que erosiona la credibilidad del Gobierno viene por el ala de la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, que es la que mantiene una alianza estratégica con el clan Menem para el despliegue territorial de LLA, la rosca política y ¿algún que otro negociado?
Un dato que torna más opaca la adjudicación a la empresa de Adrián y Fernando Menem es que el mismísimo titular de la Cámara baja era socio hasta el 6 de diciembre de 2023. Días antes de asumir como funcionario, le cedió sus acciones a sus hermanos.
Fuentes de Casa Rosada dejaron trascender en las últimas horas que se lo escuchó notablemente furioso al jefe de Estado, que llegó a recriminarle con vehemencia a su hermana los desmanejos del sobrino del ex presidente, Carlos Saúl Menem.
La poco habitual escena del presidente enfrentando a su hermana denota lo obvio: la desconfianza de Milei con los aliados de Karina, que portan un apellido demasiado equivalente al concepto de casta política como para -además de conformar su Gobierno- andar protagonizando escándalos como este.
El contrato al que accedió Tech Security S.R.L. es para brindar sus servicios en la casa central de la banca pública, ubicada en Bartolomé Mitre al 300, y en otros cuatro establecimientos: el edificio Maipú, la sede donde acuden los funcionarios y la sucursal ubicada en el Aeroparque Jorge Newbery.
La información fue formalizada el 4 de julio al publicarse en el Boletín Oficial, donde se indica que la adjudicación es por un monto total de $3.933.026.507.
De acuerdo con su página web, la empresa fue fundada hace 19 años y brinda servicios a museos, hospitales, barrios privados, shoppings y eventos deportivos, además de ofrecer custodia de ejecutivos y traslado.
Entre sus clientes se mencionan a los clubes River Plate y Racing Club, pero también el predio de Ezeiza de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Además, tuvo convenios con el Belgrano Cargas, la Biblioteca Nacional y la municipalidad de Vicente López, entre otros. En total, cuenta con unos 500 empleados.
El caso, que todavía no adquiere dimensiones de escándalo en los medios de comunicación, puso en alerta a diferentes actores de la vida institucional del Gobierno.
"Es una locura que haya metido a su empresa en una contratación con el Estado, es como el caso de los hoteles de Cristina con Aerolíneas", reconoció en off un diputado nacional en diálogo con LPO. Otro funcionario de las entrañas del Ejecutivo sostuvo que "los Menem tienen todas las malas costumbres de la vieja política".
El cimbronazo se hace sentir justo en el momento en que, en plena rosca para el armado de listas, Karina desplazó definitivamente a Santiago Caputo del triángulo de hierro, logrando una hegemonía aboluta en la mesa chica que -ahora- integra ella y su hermano.
El asesor estrella, que encabeza el grupo Las Fuerzas del Cielo y tiene en su órbita a líderes de opinión, influencers y toda la artillería volcada a la batalla cultural del Gobierno, había sido corrido en medio de las repercusiones del escándalo de las valijas, quizás herido por su responsabilidad en el asunto.
Quizás este exabrupto asociado al ala de enfrente pueda servirle de plataforma para reclamar algo de crédito por la labor que encabeza en la estrategia política y la discusión pública, y recuperar influencia en la consideración presidencial.