
Mientras el Gobierno todavía festeja el gol del dato de inflación de junio, el futuro se ve menos nítido para el programa del ministro de Economía, Luis Caputo, que en las últimas dos semanas no encuentra cómo frenar la escalada del dólar.
Los mercados comenzaron a arbitrar observando la fragilidad del equilibrio macroeconómico y cambiario, tras comprobarse la incapacidad (o falta de voluntad) del Gobierno nacional de acumular reservas luego del desembolso del FMI que trajo como accesorio la -no tan libre- flotación de la divisa entre bandas de $1.200 y $1.400.
La reciente misión del FMI advirtió del incumplimiento de las metas y fue generando un microclima de presión sobre el tipo de cambio, luego de algunas señales que fueron exponiendo la merma en la confianza en el programa, como una escasa demanda para el rollover de bonos de deuda algunas semanas atrás.
En este contexto, los últimos días fueron escenario de una escalada sin precedentes desde la instauración del nuevo esquema cambiario, que mostró al dólar blue alejándose de la cotización oficial y cerrando este lunes en $1.340 contra un dólar minorista que -entre sus distintas variantes- rondó en torno a los $1.295.
El plan de "Toto" Caputo y su equipo económico prevé una suba de tasas para la deuda en pesos como medida de contingencia para volver a incentivar posiciones en moneda local y obtener algo de tiempo antes de sufrir una corrida que haga volar por los aires el sendero de reducción inflacionaria.
Esto le provocará al Gobierno nacional un cimbronazo en las cuentas públicas, que en el mes de junio -con los pagos de aguinaldo, actualización de jubilaciones y aumento de las transferencias a las provincias- perdió el superávit fiscal que tanto pondera.
Aún así, el control de la dinámica inflacionaria es la prioridad absoluta de cara a las elecciones de octubre, por constituir el principal capital político que Javier Milei le puede ofrecer al electorado que no forma parte de su núcleo duro, ni del núcleo duro opositor.
De acuerdo con el estilo que ha marcado al Gobierno de La Libertad Avanza desde su día uno, estas condiciones propiciarán una vuelta de rosca más al ajuste del gasto, para balancear las cuentas y buscar el retorno al superavitario.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció este lunes en esta dirección una emisión de títulos de deuda en pesos del Tesoro que no estaba prevista, con el objetivo de absorver pesos de la plaza financiera local luego del canje de las letras fiscales de liquidez (LEFI) de la semana pasada.
Es que, del retiro de las LEFI del mercado, alrededor de 5 billones de pesos ($5.000 millones) de liquidez quedaron en los bancos, más allá de la parte que se canjeó por bonos y de lo que retuvo el Banco Central (BCRA).
Es así que la emisión de los nuevos títulos de deuda en pesos a corto plazo y con altas tasas viene a ofrecerle a las entidades financieras una alternativa difícil de rechazar a cambio de posponer la demanda de dólares.
En el marco de la extinción de LEFIs, la Secretaría de Finanzas anuncia una licitación fuera de calendario para este próximo Miércoles 16 de Julio donde ofrecerá la reapertura de los siguientes instrumentos de corto plazo.
— Pablo Quirno (@pabloquirno) July 14, 2025
✅ LECAP a:
31/07/25 (S31L5)
15/08/25 (S15G5)
29/08/25…
Alejandro López Mieres, investigador del Ipypp (Instituto de pensamiento y políticas públicas), explicó al respecto: "Es interesante observar que, ante la falta de dólares para resolver la crisis cambiaria, lo que van a hacer es intervenir subiendo la tasa en pesos, pero con una deuda que asume el Tesoro. Es decir, son intereses que pagarán con déficit fiscal financiero".
En este sentido, recordó que "la semana pasada canjearon las LEFI, títulos de deuda a un año, por Lecap y Boncap, a 30, 60 y 90 días, pero les quedó un saldo de unos 5 billones de pesos en los bancos con el riesgo de que se vaya a dólares" y añadió: "Ahora van a lanzar los mismos bonos cortos, pero a una tasa a definir por los bancos de acuerdo a sus necesidades".
En criollo, Caputo saldrá con una aspiradora 'secar la plaza', retirando una gran cantidad de liquidez del mercado para evitar que le puedan propiciar una escalada del dólar, en sintonía con la proyección que viene trazando. Para tener una idea, semanas atrás, cuando aún el conflicto cambiario no era un problema, el Gobierno colocó deuda a 29,5%.
López Mieres agregó otra complejidad explicando que "como es mucho dinero y son bonos de corto plazo, vamos a tener vencimientos todos los meses como una bola de nieve que va creciendo, y con el riesgo siempre de que, si no te aceptan la renovación de la deuda por más que subas la tasa, te explota el mercado cambiario: es un remedo de 2018/2019, con las Lebac".
Este tipo de instrumentos con tasa endógena, es decir arbitrados por los prestamistas, genera un déficit financiero muy fuerte y de rápido impacto en las cuentas, razón por la cual el mecanismo que le queda al equipo económico es aumentar el ajuste del gasto.
La cuestión es que el Gobierno de Milei, a través de su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ya blandió la motosierra de manera contundente en el poco más de año y medio que lleva.
No es mucho el crédito que le resta luego de despidos masivos, disolución de decenas de organismos, fusión de otros tantos, salarios públicos pisados y obra pública congelada. El impacto en la economía social ya fue contundente y comienza a sangrar por índices como la desocupación formal y la sobreocupación de trabajadores en la informalidad.
A tres meses de las elecciones de medio término, el Gobierno se encuentra entre la espada y la pared. Entre el descalabro cambiario e inflacionario y terminar de deteriorar los servicios públicos, que ya le abrieron más frentes de los que es posible combatir.
Caputo y Milei encaran un nuevo ajuste mientras describen un aumento irrisorio para los jubilados como un 'golpe institucional' y hace meses se encuentran en pie de guerra nada más ni nada menos que contra el personal del Hospital Garrahan, institución distinguida en el país y en toda sudamérica en materia de medicina pediátrica. Con perfil más bajo, continúan los conflictos con la emergencia en Discapacidad y la desfinanciación universitaria.
Todo parece indicar que los planes oficialistas, por ahora, sólo proyectan que el barco llegue a octubre. Luego, será otro asunto.