
Sin embargo, muy pronto se hizo evidente que el verdadero motivo fue la abrupta baja adhesión de los gobernadores: apenas tres habían confirmado su asistencia.
En 2024, al inaugurar el “Pacto de Mayo”, 18 de los 24 gobernadores acompañaron a Milei en la Casa Histórica. Un año después, la escena fue diametralmente distinta: solo el anfitrión Osvaldo Jaldo (Tucumán), junto a Raúl Jalil (Catamarca), Carlos Sadir (Jujuy) y eventualmente Hugo Passalacqua (Misiones), tenían previsto presentarse.
Los mandatarios provinciales redactaron dos proyectos de ley para el Senado: uno para restituir los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) retenidos por el Estado nacional, y otro para reformar la distribución del impuesto a los combustibles líquidos. Con apoyo transversal —y amenazando con tratar las iniciativas sobre tablas—, apuntan a revertir decisiones unilaterales desde Balcarce 50
La suspensión del viaje marcó el colofón de una jornada cargada de tensión política. Milei eligió un acto íntimo en la Casa Rosada: un brindis con su gabinete y su ministro de desregulación, Federico Sturzenegger, para celebrar el “desguace del Estado”, calificativo que el propio presidente atribuye a su gestión: cierre de ministerios, eliminación de organismos y despido de 50.000 empleados públicos.
Mientras tanto, en Tucumán la vigilia continuó con Jaldo y sus escasos acompañantes, pero sin el presidente. En el desfile matutino, la ausencia de Milei fue notoria, y varios gobernadores locales cuestionaron públicamente el cese de obras en sus provincias.
Internamente, desde la Casa Rosada sostienen que el acto por la independencia no era el contexto para negociar fondos, y que las conversaciones se reinsertarán más adelante en reuniones técnicas. Suenan provocativas frases como “¿Ofrecerles qué?”, reflejo del endurecimiento ante los reclamos provinciales.