
El empresario Leonardo Scatturicce volvió a trascender en redes sociales y medios de comunicación en las últimas horas, luego de que se conociera que adquirió la empresa de aerolíneas Flybondi, noticia acompañada por los millonarios contratos que mantiene con la SIDE y Anses.
El ex espía devenido en hombre de negocios en los Estados Unidos, que ofició de nexo entre Javier Milei y su par estadounidense, Donald Trump, mantiene un vínculo estrecho con el asesor estrella del presidente, Santiago Caputo.
Meses atrás, Scatturicce salió involuntariamente de su bajo perfil a ocupar el centro de la discusión pública a raíz del polémico caso de su avión privado que llegó a territorio nacional con decenas de valijas, cuyo contenido no fue revisado en Aduana por orden de Casa Rosada.
En aquel momento, desde el entorno del oriundo de Lanús apuntaban contra Jaime Stiusso -viejo antagonista de las épocas de tareas de inteligencia- por la visibilización del caso.
En la investigación se vio involucró directamente a Laura Belén Arrieta, empleada de una de las empresas de Scatturicce en Estados Unidos y vinculada -al igual que él- a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), espacio que acercó a Milei y Trump.
Pero luego del escándalo, comenzaron a divisarse los hilos de un espurio arreglo económico con el que presuntamente se recompensaría al ex espía por la vinculación con la Casa Blanca. Situación que encuentra su caso más ilustrativo en la visita del secretario del Tesoro, Scott Bessent, a nuestro país a bordo de un jet privado del amigo de Caputo.
Como en Estados Unidos las empresas están obligadas a informar sus labores vinculadas al lobby político, el Departamento de Justicia del país norteamericano tomó conocimiento de que la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) le otorgó un contrato a la empresa Tactic, propiedad del empresario trumpista-mileísta.
La información, revelada por La Nación+, sacude nuevamente el avispero y vuelve a salpicar en Cancillería, donde las acciones de diplomacia informal de Scatturicce en Washington no cayeron nada bien desde un principio. Y tiene sentido, ya Argentina solventa un oneroso cuerpo diplomático en el país norteamericano, liderado por Alec Oxenford.
Más aún, el actual canciller Gerardo Werthein fue designado al frente de la cartera de Relaciones Internacionales luego de ocupar el cargo que ostenta actualmente Oxenford.
El contrato registrado por la administración estadounidense precisa que Tactic tendrá funciones "en el arreglo de reuniones entre oficiales de la Argentina y de los Estados Unidos para temas tales como el comercio y la inversión", además de "brindar asesoría estratégica a la SIDE".
De esta manera, en la misma semana que el empresario asociado estratégicamente a Santiago Caputo se hizo de un millonario contrato con la SIDE -manejada por el propio asesor presidencial- se conoció su compra de Flybondi, generando un caldo de cultivo para suspicacias.
Dentro del Gobierno, donde las internas y diferencias de perspectiva no escasean, algunos actores comienzan a mirar de reojo el volumen que va adquiriendo la figura de Scatturicce y sus vínculos contractuales con el Gobierno libertario, temiendo pavimentar el sendero hacia una narrativa de un "Lázaro Báez libertario".