
El Gobierno nacional cedió en las últimas horas al reclamo salarial de los trabajadores del Hospital Garrahan, aunque el anuncio no terminó de satisfacer los reclamos, ya que sólo abarca a los residentes, que constituyen alrededor del 10% de la planta.
El ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, explicó este domingo cómo será otorgado el aumento, precisando que a partir del 1° julio, los ingresos de este grupo pasarán a ser de $1.300.000.
A través de un comunicado, apuntó contra una presunta "militancia rentada" que desde Casa Rosada consideran que se encuentra entre los trabajadores que encabezan el reclamo, y advirtió que los recursos deben destinarse al "personal de salud".
El titular de la cartera expresó que este incremento es posible gracias al "ahorro obtenido mediante la eliminación de gastos superfluos y desvíos presupuestarios, junto con el ahorro estimado por la reducción de personal derivada de la implementación del sistema biométrico de control de asistencia".
Sin embargo, el mencionado mecanismo de presentismo comenzó a regir esta madrugada, con lo cual el fundamento tiene más que ver con un vaticinio que con datos obtenidos a partir de la experiencia.
"Este incremento forma parte de una nueva etapa orientada al orden, la eficiencia y el reconocimiento al mérito, impulsada por el Ministerio de Salud en todos los hospitales nacionales", afirmó Lugones, antes de comunicar que la comunicación oficial tendría lugar en el transcurso de este lunes.
La noticia no cayó precisamente como un alivio entre los trabajadores del Garrahan, que hablaron de un incremento unilateral resuelto por el Gobierno, alertando que no sólo no se puso a discusión sino que "el anuncio excluye a más del 90% de las personas que trabajamos en el hospital, de todas las profesiones y oficios, lo cual lejos de cerrar el conflicto, lo agrava".
Los gremios que los representan y se encuentran nucelados en ATE resolvieron convocar una asamblea general para el martes desde las 13 horas, donde se definirán "acciones de lucha ante esta gravísima situación, incluidos paros y movilizaciones".
Además, respondieron que las definiciones referentes al aumento a residentes será sujeto a debate en su asamblea.
En relación al resto de los trabajadores, desde el dictado de conciliación obligatoria el miércoles de la semana pasada, aún no fueron convocados por el Gobierno a una audiencia para iniciar los diálogos que comiencen a abrir el camino hacia un acuerdo.
En este sentido, desde la cartera de Salud presionaron a los manifestantes, advirtiendo que endurecerán los controles de presentismo con el objetivo de disciplinar cualquier medida de fuerza.
"Si las faltas acumuladas llegan a 5, quedarían automáticamente desafectados, como sucede con cualquier empleado de la Administración Pública Nacional", expresó Lugones y advirtió: "Los residentes también están frente al peligro de perder o desaprobar la residencia".
Lejos de ceder en su postura, desde ATE expusieron: "Ya refutamos categóricamente a la viceministra Cecilia Loccisano, el vocero Manuel Adorni y hasta el presidente Javier Milei, quienes mintieron respecto de la cantidad de trabajadores que cumplimos funciones en el hospital -por ejemplo, el doble de administrativos de los que hay realmente-".
En esa misma línea, aseguran que desde Casa Rosada "pretenden desviar la atención sobre supuestos ñoquis, que si existieran serían de ellos, dado que controlan la gestión del hospital desde diciembre de 2023".
Sobre el final, sentenciaron: "Los trabajadores y trabajadoras del Garrahan nos reuniremos en asamblea general el próximo martes a las 13 horas para definir acciones de lucha ante esta gravísima situación, incluidos paros y movilizaciones. Tenemos que estar todos juntos: planta y residentes, sin distinción de tarea, oficio o profesión".