
Por: Juan Pablo Peralta (Desde Casa Rosada)
El haber ganado la elección en la Capital Federal ha inflamado al Gobierno de un optimismo y un envalentonamiento clásico de todas las administraciones que han pasado por esta Casa Rosada en ese tipo de situaciones. El clima los lleva a encerrarse en las mieses del triunfo coyuntural. Nada nuevo bajo el sol. La cuestión es que en dicho ‘estado de gracia’ ese aspecto particular de el gestionar lleva a funcionarios de diversos rangos -salvo alguno que se despega hábilmente bajo la figura del ‘monotributista’- a firmar decisiones que inevitablemente irán a parar a los tribunales, como ocurre siempre en la Argentina, cuando el blindaje de las alfombras rojas se diluye.
Hace pocos días, en el foro de la cámara local de comercio entre EEUU y nuestro país (AmCham), su titular y CEO de JP Morgan, Facundo Gómez Minujín, dijo que “lo que hay que pensar son los riesgos legales también para aquellos que blanquean fondos que no están declarados, tienen que tener toda una estructura, un andamiaje legal apropiado, eso es lo importante". Lo hizo tras manifestar que no alcanza con la estabilidad sino que también hace falta la institucionalidad. En la sede del Poder Ejecutivo Nacional un alto asesor gubernamental le respondió –como es su costumbre a micrófono cerrado-, “no nos importa lo que diga, él no es Estados Unidos”.
En la primera conferencia de prensa que concedió después de haber ganado en la CABA –y en el cargo que ostenta, según reiteró, hasta el 10 de diciembre cuando asuma como legislador porteño- Manuel Adorni fue consultado por PolíticaYMedios con respecto a qué lectura hace del alto ausentismos que tuvieron los comicios porteños y si hay condicionamientos en la ‘tabula rasa’ que mencionó para convocar a integrantes de otras fuerzas a sumarse a La Libertad Avanza.
El portavoz del PEN nos respondió que “la tabula rasa, por supuesto, no es para todos. Es para aquellos que efectivamente, y de manera genuina, quieren que al Gobierno le vaya bien y quieren defender las ideas de la Libertad. Para ellos es la tabula rasa, independientemente de lo que haya pasado antes. El tema es que los que no, no. Los que han atentado contra el Gobierno, por supuesto que no están dentro de esa definición de tabula rasa. Y el ausentismo, obviamente, entendemos que hay un hartazgo a que a la gente se la manipule”, aseveró.
#Adorni nos dijo que la "tabula rasa no es para todos", sino "para aquellos que de manera genuina quieren que al Gobierno le vaya bien y quieren defender las ideas de la libertad". Sobre el ausentismo agregó que "hay un hartazgo a que a la gente se la manipule" de manera política pic.twitter.com/06Xgrpuh32
— Juan Pablo Peralta (@JuamPaPeralta) May 21, 2025
Sin escuchar voces disidentes ni posibles cuestionamientos jurídicos, el ministro de Hacienda Luis Caputo, anunció en Balcarce 50 la medida a la que se bautizó como el “Plan de Reparación de los Ahorros de los Argentinos”. De ella se informó que tendrá dos partes. La primera de utilización de herramientas tales como decretos y resoluciones. La segunda, delineada en un proyecto de ley en el que se está trabajando para blindar a los ahorristas que usen su dinero no declarado de posibles persecuciones en gestiones futuras.
“Tus dólares, tu decisión”, se apuntó como eslogan al mecanismo que, entre otras cosas, amplió márgenes para diversas operaciones económicas con muchos menos controles. Para sintetizar y salir tanto de las cuestiones técnicas, el mandamás de Economía sintetizó la normativa en el concepto de que, “debajo de $50 millones por mes, cada persona puede gastar sus ahorros sin problemas". En la misma exposición, ‘Toto’ -como le dicen sus íntimos- salió a aclarar que “esto no es un blanqueo, es un régimen que libera a los argentinos”.
Quien lo acompañó junto al titular del Banco Central, Santiago Bausili, nos referimos al titular de ARCA, Juan Alberto Pozo, específico que esto tiene vigencia inmediata y que el ‘Régimen Simplificado de Ganancias’, enfocado a la facturación e ingresos deducibles y no a los consumos personales y el patrimonio, a partir del primero de junio de este 2025.
Tras haber comunicado lo que Javier Milei llama ‘dolarización endógena’, algo que seguirá generando polémicas, la Secretaría de Comunicación y Prensa de la Nación, a cargo de Adorni y su segundo Javier Lanari, publicó en el Boletín Oficial una resolución que exige una serie de inéditos e inconstitucionales requisitos para que los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno puedan seguir ejerciendo su oficio en el marco de un sistema democrático.
Se trata de un esquema que potencia los puntos más cuestionables de un texto que tenía en carpeta la ex vocera de Alberto Fernández -hablamos de la autoritaria Gabriela Cerruti- y que iba dirigido a sostener una sala de periodistas militantes del oficialismo de turno. Esta decisión unilateral pretende cercenar la actividad con medidas inquisidoras que van desde un ‘código de vestimenta’, hasta cosas muchisimamente más graves, como, por ejemplo, que queden únicamente 25 trabajadores en el lugar -de manera permanente- y con desmedidas limitaciones para moverse dentro del espacio donde, precisamente, se cumple la labor diaria.
Otra parte le toca a los medios de comunicación que deberán presentar “índices de audiencia y de alcance obtenidos durante 90 días inmediatos anteriores a la solicitud”, por ejemplo. Una reglamentación que no se estableció ni siquiera bajo los peores regímenes dictatoriales, cuando en el lugar físico que lleva el nombre del decano Roberto Di Sandro, se desarrolló la actividad periodística sin censuras encubiertas ni retrogradas de este tipo, que a pesar de que impregnan en el texto derechos que supuestamente resaltan la libertad, muy por el contrario, atentan contra ella.
La ciudadanía goza de muchos derechos en nuestra Constitución Nacional que se deben hacer respetar, entre ellos, el de recibir información veraz, responsable, objetiva y plural. Los que alimentan grietas entre argentinos y pretenden convertir a los periodistas en gacetilleros infieren que eso es un ‘activo’. Un veterano colega le dijo una vez a este cronista algo que hasta ahora es inobjetable. Las imposiciones –a la larga o a la corta, se agotan... tienen fecha de vencimiento-.
El ser humano siempre elige ser libre inevitablemente, tarde o temprano. No pudo sostener ese avasallamiento ningún Gobierno de los que atravesaron las paredes de este histórico palacio gubernamental que pertenece a todos los argentinos. Ni castas ni corporaciones temporales lograron ese absurdo objetivo, y esta no va a ser la excepción porque no hay regla que confirmar, más que aquella que indica que nuestro país es democrático y eligió vivir en el marco de este sistema, con sus cosas buenas y sus cosas aún por mejorar. A la vez que tiene muy en claro que no hay ningún lugar para los tiranos, las tiranas y sus acólitos.