
Estados Unidos y China anunciaron este lunes un principio de acuerdo para reducir los aranceles recíprocos durante los próximos 90 días, en un intento por desactivar la guerra comercial que durante años impactó las cadenas de suministro globales y sacudió a los mercados internacionales.
La decisión se conoció tras una serie de reuniones celebradas en Ginebra entre altos funcionarios de ambas naciones. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, confirmó que se reducirá el nivel de aranceles en más de 100 puntos porcentuales, fijando un nuevo techo del 10%.
"Ambos países han defendido sus intereses nacionales. Coincidimos en la necesidad de avanzar hacia un comercio más equilibrado", expresó Bessent, acompañado por el representante de Comercio de EE.UU., Jamieson Greer.
Se trata del primer encuentro cara a cara entre autoridades económicas desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca e intensificó su política proteccionista, reinstalando fuertes aranceles sobre los productos chinos, que llegaron a alcanzar el 145%.
Como respuesta, China impuso restricciones a la exportación de tierras raras -cruciales para la industria tecnológica y militar estadounidense- y elevó sus propios aranceles hasta un 125% sobre bienes de origen estadounidense.
La disputa bilateral llegó a paralizar intercambios comerciales por casi 600.000 millones de dólares, generando despidos, disrupciones logísticas y temores de estanflación global.
La noticia fue bien recibida por los mercados: los futuros de Wall Street mostraron un repunte y el dólar se fortaleció frente a monedas consideradas refugio seguro, ante la expectativa de que este gesto abra la puerta a una desescalada económica duradera.