PANORAMA Y ANÁLISIS
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, abandonó el PRO luego de más de una década de trayectoria este martes, día en que se afilió formalmente a La Libertad Avanza (LLA) en un acto con gran potencia simbólica en medio de una tensa calma entre el partido que encabeza Mauricio Macri y el de Gobierno.
Entre simpatizantes del partido que se acercaron a la Plaza Vicente López y Planes del barrio porteño de Recoleta, y escoltada por la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y la -ex camporista- titular del partido libertario en Ciudad de Buenos Aires, Pilar Ramírez; la histórica dirigente rubricó el traspaso en un evento de impronta electoral que erosiona el poder electoral de la administración de Jorge Macri.
"Hace un año y medio tomé la decisión de integrar un proyecto de cambio profundo en la Argentina. Esta afiliación es un paso más en ese camino", manifestó la funcionaria en sus redes sociales, y apuntó: "Cuando decidí apoyar a Javier Milei, lo hice porque él representaba el futuro. Y lo hice con el respaldo de quienes me votaron, que eligieron un cambio real".
Al respecto, aseguró que "ese cambio hoy está en marcha" y advirtió: "Acompañarlo no es solo una tarea desde la gestión: es una decisión política y un acto de coherencia".
Atrás quedaron las diatribas pre-ballotage 2023 donde el presidente de la Nación, Javier Milei, representaba ideas peligrosas para la otrora macrista, y la propia Bullrich a los ojos del libertario era una "montonera que pone bombas en jardines de infantes".
A más de un año de ser parte del Gabinete de Gobierno, con las elecciones porteñas a menos de dos semanas y la posibilidad de propinarle un golpe de gracia al PRO; el Gobierno nacional formalizó el cambio de bando más sensible para el partido amarillo, y sacó a la cancha a una de sus figuras con mayor imagen positiva apuntando geográficamente al electorado macrista.
Si la campaña explícita del vocero presidencial, Manuel Adorni, se viene enfocando en impedir el ascenso del candidato panperonista, Leandro Santoro, y su asociación al kirchnerismo vernáculo; por elevación LLA le disputa los votos al oficialismo de la Ciudad, cuya marca Gobierna ininterrumpidamente desde el año 2007 bajo patrocinio de Macri.
Pero la afiliación de Bullrich llega no sólo en medio de una guerra fría en la capital federal, sino en un escenario donde simultáneamente los mismos partidos buscan amalgamar un acuerdo electoral en la Provincia de Buenos Aires para enfrentar al peronismo.
En este marco, el resultado de los comicios porteños podría condicionar los movimientos subsiguientes. Una victoria clara de Adorni sobre la candidata oficialista, Silvia Lospenatto, reconfiguraría las negociaciones a favor del partido libertario. Desde Casa Rosada especulan con apuntalar la absorción del PRO en sus listas de cara a las elecciones nacionales (incluso respetando la libertad de conservar la autonomía en el bloque legislativo).
Los resultados que vaticinan las principales encuestadoras -que hablan de un virtual empate entre Santoro y Adorni- podrían significar el principio de la agonía para la influencia política de Macri. El acto de este martes parece apuntar a consolidar el desplazamiento del partido amarillo de la discusión de primer plano.
El calabrés ahora busca apalancarse en el armado político de su partido en territorio bonaerense, y en la llegada a la estructura de intendentes de la Unión Cívica Radical (UCR).
La buena noticia, que comenzó a vislumbrarse con una serie de imágenes muy simpáticas entre el ex presidente y Santiago Caputo, es que el asesor estrella de Milei quiere desplazar a Sebastián Pareja y entronizar a Cristian Ritondo como armador de LLA en provincia.
Bienvenida @PatoBullrich a La Libertad Avanza. pic.twitter.com/Os9n10f7EN
— La Libertad Avanza (@LLibertadAvanza) May 6, 2025
La afiliación de Patricia Bullrich a La Libertad Avanza significó la asociación al sexto partido político en su trayectoria, haciendo gala de una capacidad de metamorfosis y adaptación a prueba de archivos, en un país donde la lucha contra una 'casta política' fue el mantra que llevó a la presidencia al actual jefe de Estado.
Como si se encontrara cubierta por algún tipo de burbuja inmune a la opinión pública, haber sido legisladora oficialista del menemismo, funcionaria del Gobierno de la Alianza y también de la gestión de Cambiemos, no le fue impugnado a la actual ministra de Seguridad ni por Milei ni por el electorado, presuntamente cansado de 'los mismos de siempre'.
El derrotero inició a principios de los '70, cuando una joven Patricia Bullrich Luro de Pueyrredón se afilió a la Juventud Peronista Regionales, época en que se vinculó con la organización política y armada Montoneros. El dirigente de la misma, Rodolfo Galimberti, estaba casado con su hermana.
A pesar de su desmentida, medios como Revista Noticias informaron que dentro de Montoneros alcanzó la jerarquía de segunda teniente y era conocida bajo el seudónimo de Carolina Serrano. Con la escalada represiva, se exilió a Brasil y no volvió hasta 1982, cuando formó su propia agrupación dentro de la Juventud Peronista.
Como se mencionó, inició su carrera en la política 'profesional' como legisladora menemista entre 1993 y 1997, momento en que se distanció del peronismo tras más de 20 años, y fundó el sello Unión por Todos, que formó parte del Gobierno de la Alianza.
Durante la presidencia de Fernando de la Rúa, fue designada secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios, luego ministra de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos de la Nación, y por último ministra de Seguridad Social, donde duró un mes y renunció en plena crisis de 2001 tras recortar un 13% los haberes de los jubilados.
Tras un alejamiento de la política, en 2007 refundó su espacio como Unión por la Libertad, y fue candidata a jefe de Gobierno porteño en alianza con Recrear, obteniendo el cuarto puesto. Luego, adhirió su sello a la Coalición Cívica de Elisa Carrió, y fue diputada nacional por el partido hasta 2011, cuando se acercó al PRO de Mauricio Macri.
En 2015 inició su trayectoria como ministra de Seguridad durante el Gobierno de Cambiemos, con Macri como presidente, y se mantuvo a lo largo de toda la administración, pese a las polémicas por el endurecimiento represivo, casos de violencia institucional opacos, como los fallecimientos de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado y la instauración de la 'doctrina Chocobar'.
Tras competir por la presidencia por Juntos por el Cambio en el PRO en el año 2023 vio su última chance de mutar para permanecer en el asunto político y forjó una alianza con Javier Milei, quien luego de resultar vencedor, la devolvió a la cartera de Seguridad.
