
El ex presidente de la Nación, Mauricio Macri, retomó las riendas de las negociaciones entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires y le advirtió al presidente de la Nación, Javier Milei, que no podrá comprar a los dirigentes que quedan en el partido.
La intención del líder del partido amarillo es, en principio, obturar la sangría de cuadros desde sus filas hacia las del oficialismo; y comenzar a diseñar un acuerdo que ensaye una reedición de la coalición Juntos por el Cambio, integrando a parte del radicalismo.
Para esto, el empresario viajó a Mar del Plata y se mostró junto al intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y al presidente del bloque de Diputados nacionales del PRO, Cristian Ritondo.
Se trata de dos de los referentes fuertes que le quedan en territorio bonaerense y que fueron protagonistas de aquella foto junto a la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y los armadores Eduardo "Lule" Menem y Sebastián Pareja. Quien brilló por su ausencia en la feliz fue el último de los presentes en aquel cónclave, Diego Santilli.
En los planes de Macri, debe cerrarse un "acuerdo institucional" entre las partes, y no una simple absorción de dirigentes en la lista del oficialismo, como pretenden desde Casa Rosada. Además, busca poner sobre la mesa los objetivos del entendimiento.
La situación parece por demás contracturada si se tiene en cuenta que el último bastión de poder que conserva el PRO es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde el Gobierno nacional busca pisar fuerte y candidateó para las legislativas al Vocero Presidencial, Manuel Adorni.
No hizo falta una campaña especialmente hostil desde las filas libertarias para con el jefe de Gobierno, Jorge Macri, para que el oficialismo porteño sintiera la ofensiva de Karina y compañía. Alcanza con dimensionar el calibre del cuadro que dispuso a competir, tras la ruptura con Ramiro Marra, que irá a los comicios con su propio sello.
Sin embargo, las partes buscan que los asuntos en la ciudad y en la provincia homónimas sean paralelos, pero no será fácil limar las asperezas.
Macri aseguró en conferencia de prensa que "algunos de los intendentes radicales adhieren a estas ideas de progreso" en territorio bonaerense, y advirtió: "Tiene que haber vocación y voluntad política para un acuerdo institucional y un acuerdo de para qué".
En este sentido, deslizó sobre la mesa una propuesta más equilibrada y donde el otrora Juntos por el Cambio ostente una influencia mayor: "La lógica es que acordemos el PRO, La Libertad Avanza y un sector del radicalismo. Lo segundo es para qué y es para gobernar la provincia desde 2027".
Al menos dialécticamente, el calabrés dividió en tercios el protagonismo de su acuerdo tentativo. Un golpe de lleno a la hegemonía violeta indiscutible que plantean desde Casa Rosada.
Por otro lado, se refirió a la diáspora sufrida desde las elecciones que ungieron a Javier Milei en el sillón de Balcarce, con una critica por elevación a los mecanismos de LLA: "Todos los dirigentes que tenían precio, ya los compraron. Los que quedamos acá no tenemos precio, tenemos valores".
Los flechazos -sin nombres propios de por medio- encontraron un blanco limpio en la Municipalidad de Tres de Febrero, donde a principios de este año el intendente Diego Valenzuela anunció que saltaba del PRO al partido de Gobierno.
"Si algo no tengo es precio. Nuestros valores con @PatoBullrich son claros: apoyar el cambio que votaron los argentinos y no caer en especulaciones partidarias!", posteó el icónico jefe comunal subiendo al ring a un peso pesado en la historia del PRO que también optó por teñirse de libertaria luego de perder su oportunidad como candidata del partido amarillo.
En todo caso, Valenzuela se hizo cargo por sus propios medios de las acusaciones, lo cual habla más de su incomodidad en este contexto que de un encono puntual con su persona.
Lo cierto es que el calendario electoral ya tuvo la primera cita en Santa Fe, donde el Gobierno nacional sufrió un traspie notable. Ahora, se viene una segunda plaza de relevancia para medir el humor social para con el presidente y su administración el CABA.
El próximo 18 de mayo tendrán lugar los comicios que -por primera vez en décadas- ponen a prueba la hegemonía del PRO en la Capital Federal. Allí los libertarios buscarán dar el batacazo, al menos en relación al oficialismo porteño. En las encuestas de casi todos, Leandro Santoro aparece liderando la intención de voto.
Para Macri no hay apuros, ya que si logran que Adorni quede en tercer lugar, las urgencias para acordar en la Provincia estarán en la vereda de enfrente. Es tan cierto como que una derrota ante el Gobierno pone al PRO en una situación de dependencia.
La moneda está en el aire, y nadie quiere ensayar su próximo movimiento sin saber si sale cara o seca.