Por: Pedro Domínguez 

La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires volvió a quedar envuelta en un clima de incertidumbre y tensión ante la falta de acuerdo para suspender las PASO. A pesar de contar con quórum, la sesión fue nuevamente postergada, evidenciando la fractura dentro del oficialismo y la lucha de poder que atraviesa el peronismo bonaerense.

El debate, originalmente previsto para esta semana, quedó suspendido ante la falta de consenso entre los sectores que responden al gobernador Axel Kicillof, el Frente Renovador de Sergio Massa y La Cámpora. La intención de modificar el proyecto original para establecer la simultaneidad de las elecciones bonaerenses con las nacionales generó un fuerte rechazo en el entorno del mandatario provincial, quien insiste en que la facultad de definir la fecha de los comicios le corresponde exclusivamente a él.

“No tenemos ni idea de qué va a pasar. Se pasan la pelota entre ellos y no llegan a un acuerdo”, sostuvo un legislador opositor. Mientras tanto, desde el massismo y el camporismo insisten en condicionar su apoyo a la suspensión de las primarias a que las elecciones se realicen el mismo día que las nacionales.

La parálisis en la Cámara baja expone no solo una disputa sobre el calendario electoral, sino una batalla de fondo por el liderazgo del peronismo en la provincia. Con Cristina Kirchner jugando su carta y Kicillof resistiendo la presión, el bloque de Unión por la Patria enfrenta el riesgo de una fractura irreversible.

Si la oposición decide aprovechar la crisis y alinear sus votos con los sectores díscolos del oficialismo, la sesión podría tomar un giro inesperado y dejar al gobernador con menos margen de maniobra. En este escenario, el desenlace no solo marcará el rumbo de las elecciones en Buenos Aires, sino también el futuro de un peronismo en plena ebullición.