La ponzicomunicación desnuda la estafa del periodismo mainstream - Política y Medios
16-08-2025 - Edición Nº6406

ANÁLISIS

La ponzicomunicación desnuda la estafa del periodismo mainstream

Mientras miles de damnificados buscan justicia, la pregunta flota en el aire: ¿cómo debe actuar la comunicación oficial ante la imagen del Presidente ligada a una presunta estafa que afectó a miles de ciudadanos?

Por: Mg. Lautaro González Amato*

Además de dejar a miles de personas en la lona y una estafa de USD 286 millones, el Cryptogate protagonizado por el presidente Javier Milei será investigado por el FBI y el Poder Judicial argentino. A esto se le suma la bochornosa práctica mercenaria de un periodismo al borde del colapso.

Varios manuales se rompieron en este último tiempo. Primero, los de comunicación electoral y de gobierno por parte de la actual administración libertaria. Ahora, le tocó al periodismo del poder. Porque si hay algo más de lo que se desprende de la estafa de $LIBRA es que las acusaciones de fraude periodístico apuntan a los principales líderes de opinión de los grandes medios de comunicación de Argentina. Son los famosos “periodistas ensobrados”, la verdadera casta de la profesión, que solo ven erosionado su poder de fuego por la avalancha de youtubers a nivel nacional e internacional.

La opinión pública de nuestro país se siente doblemente estafada: primero, porque su líder de Estado estaría directamente involucrado en el escándalo internacional; y luego, porque para remediarlo, habría contratado por USD 350 mil al periodista de TN Jonatan Viale en un intento de explicar la posición oficial durante una entrevista editada e intervenida por el mismo gobierno.

Lo personal es político 

Mientras en Argentina cientos de denuncias penales comienzan a sortearse en distintos juzgados, en Estados Unidos el Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) recibieron un “reporte de operaciones criminales” que involucra no solo al mandatario argentino, sino también a figuras como el empresario estadounidense Hayden Mark Davis, el singapurense Julian Peh y los argentinos Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy.

Según The Solana Post, la operación afectó a 74.698 personas, con pérdidas superiores a USD 286 millones. Sin embargo, en su reciente entrevista con TN, Milei intentó minimizar el impacto: “En el mejor de los casos, se trata de 5.000 personas”, enfatizó, y comparó la situación con una ruleta rusa en la que a los que perdieron todo en un segundo “les tocó la bala”.

También trabajó un giro lingüístico: insistió en que “difundió” la cripto, pero no la promocionó. Para el caso, es lo mismo, porque el enlace del sitio estaba en el tuit fijado en su cuenta oficial. Lo insólito y sospechoso: el enlace es para completar un formulario de google en el sitio vivalalibertadproject.com, que pretende “impulsar la economía argentina financiando pequeños proyectos y empresas locales, apoyando a quienes buscan emprender y contribuir al desarrollo del país”. Muy turbio todo.

Lo más revelador de la entrevista no fue el intento de apartar al Presidente del conflicto, sino lo que quedó fuera del aire y la tela que aún queda por cortar. El periodista Ari Lijalad puso en su cuenta de X un fragmento en el que se escucha al asesor presidencial Santiago Caputo interrumpir a Milei cuando, por un lado, este menciona que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se hará cargo de seguir la causa, y cuando, por otro, señala que la utilización de su cuenta de X es a título personal, desligándose de la figura presidencial que ostenta. La escena expuso cómo el entorno del Jefe de Estado buscó evitar desesperadamente declaraciones que puedan comprometer todavía más su figura. 

El periodismo mainstream al desnudo

El rol de Jonatan Viale también quedó en el centro del debate. Su actitud durante la entrevista fue duramente criticada, se lo acusa de haber cedido ante la presión del poder político. La situación lo afectó al punto de ausentarse de su programa radial y permanecer en silencio durante unas cuantas horas. A su regreso, defendió su postura en redes sociales: “No les voy a dar el gusto”, aludió. Sin embargo, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) cuestionó su actitud y advirtió sobre las “restricciones y condiciones” impuestas al ejercicio periodístico. 

En la apertura de su programa “¿La ves?” por TN, Viale fue contra otros colegas de LN+, el diputado Miguel Pichetto y el expresidente Alberto Fernández. “No necesito el ok de María O’Donnell. No necesito el ok de Tenembaum. Me chupa un huevo lo que diga Alejandro Bercovich. No me siento ni mejor ni peor periodista por la runfla de catadores de periodismo que hay en la Argentina. Yo estoy bien parado porque mis hijos y mi familia y mis amigos me bancan”, expresó en un tono que claramente indicaba que había más mugre por develar bajo la alfombra. 

La gravedad de la situación es que el Cryptogate, además de debilitar la confianza en el gobierno de Milei y la imagen de la Argentina a nivel internacional, también sacudió el rol del periodismo. Nunca se hizo público, es decir, que se vea en la televisión, que un asesor presidencial interrumpa la labor periodística para editar y manipular los contenidos de la entrevista y diagramar la línea de la misma. Un verdadero bochorno que pone a la luz la complicidad entre el periodismo y el poder político para salvaguardar la investidura presidencial y la reputación del gobierno. 

Esto es la ponzicomunicación del periodismo al desnudo donde (los periodistas, comunicadores y líderes de opinión prometen credibilidad, objetividad y seriedad en el tratamiento de la información para luego dejan ver cómo es el “behind the scenes” (detrás de escena): un engaño mayúsculo sus propias audiencias desde el fraude ético y moral de manipulación a la opinión pública. Todo, sin anestesia. 

Demandas internacionales 

El escándalo de la criptomoneda $LIBRA continúa creciendo. El estudio jurídico Burwick Law, especializado en litigios digitales, lidera una acción legal en Nueva York contra los responsables de la presunta estafa. Más de 200 afectados en distintas partes del mundo buscan organizarse para una demanda colectiva que podría alcanzar los USD 4.000 millones en reclamos.

A pesar de los intentos de Milei por despegarse del tema, las pruebas y testimonios lo vinculan cada vez más directamente con la operación. Incluso Hayden Mark Davis, uno de los impulsores de $LIBRA y cercano al gobierno, ha dejado entrever que el Ejecutivo argentino cambió su postura sobre el proyecto cuando la situación se volvió insostenible. 

Este episodio pone en evidencia la fragilidad del discurso de la “libertad” que pregona el espacio libertario -que conduce el Estado Nacional- cuando se trata de rendir cuentas. 

Mientras miles de damnificados buscan justicia, la pregunta flota en el aire: ¿cómo debe actuar la comunicación oficial ante la imagen del Presidente ligada a una presunta estafa que afectó a miles de ciudadanos? Hasta ahora, la respuesta parece ser negar, minimizar y controlar el relato. Pero la realidad, tarde o temprano, se impone. 

 

*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ,2024.

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