Este martes, la Unión Inddustrial Argentina (UIA) celebró su 30° Conferencia Anual, con las altisonantes ausencias del presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo; y en medio de una situación catastrófica de la producción.

El encuentro estuvo signado por posturas ambiguas entre la dirigencia presente, sin ánimos de entusiasmo pero tampoco acusando las graves cifras que presenta la producción fabril mes a mes. Los reclamos a Casa Rosada se limitaron a pedir "nivelar la cancha" en la competencia entre la producción local y las importaciones.

El pedido, en línea con lo que Paolo Rocca viene reclamándole al tándem Milei-Caputo, tiene que ver con la imposibilidad de las compañías nacionales de competir con empresas extranjeras -particularmente las chinas- que gozan de diversas ventajas en el proceso de producción, tales como subsidios energéticos o beneficios impositivos.

Mientras Donald Trump anunciaba en el hemisferio norte aranceles adicionales para productos de China, México y Canadá, algo parecido reclamaban a coro diferentes empresarios industriales argentinos al Gobierno en Conferencia Anual, al tiempo que elogiaban los avances en el ordenamiento de la macroeconomía.

En el evento no terminó de existir un reclamo contundente ni un apoyo decisivo a la realidad económica que conduce la administración de La Libertad Avanza. El clima expresó la tensión existente entre los pesos pesados -integrados por gigantes como Techint, Ledesma y Arcor-y la realidad que sufren las Pymes, que constituyen el 80% de las empresas agrupadas en la UIA.  

Para los peces gordos, la catástrofe productiva puede verse compensada por beneficios impositivos y flexibilización laboral. El reclamo de una "cancha nivelada" ya se encuentra sobre la mesa, pero no tiene la urgencia de la pequeña y mediana empresa que hace malabares para seguir existiendo mientras observa cómo decenas de miles de empresas de este calibre han quebrado en la era Milei.  

Por caso, la industria pyme cayó 6,5% interanual en octubre, acumulando una retracción de 14,5% en los primeros diez meses del año, según datos de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Sin embargo, a pesar de esta situación y de la ausencia de la cúpula política nacional, el actual presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, manifestó sobre el final del evento: "No puedo más que aplaudir al ministro Caputo, que habló en Corrientes de nivelar la cancha a los empresarios".

La tibieza de los aplausos fue elocuente: no todos los empresarios pueden esperar sentados a que se resuelvan sus necesidades. historia. 

Martín Rappalini, actual titular de la UIPBA y presidente de la Conferencia, habló con más críticas sobre la realidad económica, pero remarcó, en línea con la mayoría de los disertantes, que el crecimiento productivo experimentado en años previos no era sostenible por una macroeconomía desordenada.

No obstante, buscó marcar la cancha señalando que "los industriales no hemos tenido, no tenemos, ni pedimos privilegios. No pedimos protección, queremos igualdad de condiciones para poder competir".

En este sentido, el máximo candidato a suceder a Funes de Rioja profundizó: "Es ante la falta de igualdad que necesitamos una defensa, defensa del ataque de países que subsidian la producción, los insumos y las exportaciones. Países y sistemas que no cumplen con las reglas de comercio internacional establecidas".

Rappalini consideró que "el Estado debe nivelarle la cancha a la industria nacional y el tiempo es un factor clave en este proceso de integración. Escuchamos muchos ataques injustos al empresariado nacional" y reivindicó al empresariado industrial definiéndolo como "un sobreviviente a un constante proceso de cambio".

El titular de Cerámicos Alberdi enfatizó que "somos nosotros los empresarios, que generamos empleo, pagamos los impuestos y sostenemos el Estado" y sentenció: "Queremos respeto".

Sobre el final, puso de relieve que "la industria aporta el 30% de la recaudación y es el sector que agrupa la mayor cantidad de trabajadores formales. Estamos de acuerdo con el Presidente que el sector privado es el motor para el Presidente del país y el sector privado somos nosotros. Es con nosotros".