
La particularidad de este curso es que fue inaugurado por el entonces ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión Suexposición en esa ocasión suele destacarse como una de las más relevantes en su etapa previa a sus presidencias constitucionales. El coronel Perón ya era visualizado como la personalidad central del gobierno de facto iniciado el 4 de junio de 1943, desplazando al último de los gobiernos de la Década Infame. A mediados de 1944, para sumar a su lugar de peso dentro del gobierno, contaba con una dilatada y reconocida trayectoria académica y docente al interior del Ejército. Era considerado un oficial destacado, tanto por esta cuestión como por su ascendente sobre los cuadros menores de la oficialidad y sobre los suboficiales y desde ya, por su papel decisivo en junio de 1943, como una de las figuras centrales del GOU. Esta no era la única logia al interior de las Fuerzas Armadas, pero si fue la que más peso tuvo entonces.
La consolidación política de su figura al interior del oficialismo se fue dando a la par de las luchas intestinas que se dieron. Motivadas, por un lado, por la puja de poder al existir varias corrientes internas con aspiraciones, lo cual no tenía nada novedoso en cuanto a procesos anteriores; y por otro lado con la inesperada y novedosa conjunción en la acción política desde (y dentro de) un gobierno liderado por las Fuerzas Armadas entre oficiales de estas y sectores del sindicalismo. Lo que se estaba haciendo desde la Secretaría de Trabajo y Previsión generó no solo resistencias externas sino también internas. Tanto se extendió esta puja que se definió recién en las históricas jornadas de octubre de 1945, un año después del final del curso sobre el que trata este texto.
En común tenían, más allá de estas disputas, una preocupación central que era cual sería el lugar de Argentina al finalizar la guerra, algo ya en proceso de definición, a la vez que enmarcado en un conflictivo proceso en la relación del gobierno con los seguros vencedores de la contienda. Los intentos de quebrar la histórica neutralidad argentina eran tanto oficiales como informales, a la vez que en el pensamiento sobre el desarrollo nacional en ese contexto jugaban también factores como la consolidación del rol estadounidense como dominante en América Latina, desplazando a Gran Bretaña; la consideración externa respecto al lugar de Argentina en América del Sur y los posibles condicionamientos externos a esas alternativas de consolidación de un proyecto nacional.
La propuesta de una cátedra de Defensa Nacional supuso también en sus contenidos, en sus participantes y en su desarrollo, el objetivo de aportar a las ideas respecto a lo que el país precisaba para, en ese contexto, afirmarse en un proyecto de soberanía. Partir de bases claras en materia de defensa nacional se consideraba imprescindible.
Esta iniciativa hay que analizarla como un paso desde lo académico en ese objetivo, junto a otras cuestiones que se daban en las políticas oficiales. El ejemplo más claro de ello fue, mientras transcurría el curso de Defensa Nacional, la creación del Consejo Nacional de Posguerra, el organismo que debía delinear las políticas públicas en el marco de finalización del conflicto entre los Aliados y el Eje. La presidencia de dicho Consejo recayó en Perón, pero su cabeza técnica era el español José Figuerola.
Lo que sigue es una aproximación a lo que fue este curso desde dos breves desarrollos. El primero, considerando la inauguración del mismo como una acción académica y política, una extensa exposición que fue a la vez análisis y toma de posición respecto al escenario internacional y al lugar argentino en ese escenario. El segundo, desde la mención cronológica de las clases hasta la finalización del curso, dando cuenta de cuál fue la currícula y el perfil de los docentes.
PERÓN: LA CONFERENCIA INAUGURAL
El 10 de junio de 1944, en el salón de fiestas del Colegio Nacional dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, Perón inauguró la cátedra de Defensa Nacional con una conferencia titulada “Significado de la defensa nacional desde el punto militar”. El acto fue transmitido por Radio del Estado y la Cadena Argentina de Radiodifusión.
Lo acompañaron pares del Poder Ejecutivo, como Perlinger (Interior) Baldrich (Justicia e Instrucción Pública) Peluffo (Relaciones Exteriores y Culto) y Ameghino (Hacienda), junto a funcionarios nacionales y provinciales, del poder judicial, autoridades eclesiásticas e invitados, además de los alumnos de quinto año del Colegio Militar. Fue precedido brevemente por Ricardo Labougle, presidente de la Universidad.
La extensa presentación fue enmarcada por Perón considerando dos cuestiones centrales, una del contexto general y otra de la experiencia particular. Una, que el mundo iba camino a nuevas formas con nuevos contenidos políticos, económicos y sociales. La otra, lo que obtuvo de su viaje a Europa entre 1939 y 1941. Al respecto dijo “He asistido en Europa a la crisis más extraordinaria que haya presenciado la humanidad (…) antes que a una exposición académica del tópico, he recurrido a una mención realista del problema de la Defensa Nacional moderna”
Tal como se citó, el objetivo central de la exposición no fue académico. De la lectura de la misma puede entenderse que lo central es explicar cuáles son las cuestiones fundamentales que el país tiene que atender en función de la defensa nacional y cuáles son los problemas a resolver en ese camino. Hay un diagnóstico, pero también hay una propuesta. En definitiva, puede leerse como la formulación de un plan de gobierno en relación con las ideas centrales que deben contemplarse para la defensa nacional.
Por una parte, una introducción desde lo conceptual y lo histórico, que contuvo que
Luego se despliega la posible aplicación de esa perspectiva a las actividades concretas. Aquí es donde se puede interpretar esta conferencia como el esbozo de un plan político, con un objetivo máximo: convertir al país en una nación soberana. Para ello hay que:
En toda esta formulación está el esbozo de un plan de gobierno, adaptado a un nuevo escenario: el de la posguerra.
EL DESARROLLO DEL CURSO
El curso había despertado una expectativa importante y un día antes de la conferencia inaugural había 1650 inscriptos, por lo cual se decidió extender unos días la inscripción, abierta a alumnos y graduados. Siguiendo el desarrollo de las clases puede notarse como se despliegan los temas que Perón había destacado como fundamentales para la defensa nacional.
La primera de las once clases que tuvo la nueva cátedra estuvo a cargo del mencionado Labougle, con el tema “La República Argentina en el panorama geopolítico del mundo. La tierra y el mar argentinos” y se dictó el 24 de junio. Allí, tal como sucedió en las clases que le sucedieron, se retomaron cuestiones de la conferencia inaugural. Un ejemplo de ello es la idea de que “hay naciones satisfechas y naciones insatisfechas”.
La siguiente fue pronunciada el 8 de julio por el general de brigada Eduardo T Lápez, acerca de “La estrategia como ciencia militar y como ciencia política. La defensa nacional” Una de las cuestiones sobre la que insistió fue que “la primera misión del gobierno es asegurar la existencia del Estado, incluyendo todos los problemas jurídicos, económicos y sociales que puedan afectarla; y en segundo término, le incumbía desarrollar el bienestar de sus habitantes”.
La tercera clase, el 29 de julio, trató sobre “El arte y la ciencia de la guerra. Sus principios. El ejército moderno” y la dictó otro general de
brigada, Victor Majó. La cuestión de la guerra total cerraba el desarrollo sobre la exigencia cercana al sacrificio que suponía la guerra moderna. En la siguiente, el 4 de agosto, el vicealmirante Francisco Lajous habló específicamente de “El poder naval. Factores básicos. Su influencia en la paz y en la guerra”. Definió dicho poder como el conjunto de tres elementos esenciales: marina de guerra, bases navales y marina mercante.
Hubo, luego, 5 encuentros semanales consecutivos. El 19 de agosto fue el vicealmirante Gonzalo Bustamante quién desarrolló el tema “El factor humano. Laraza y la moral”. Entre otras cuestiones, dijo que sin una población con elevada moral “un ejército sería poco menos que una multitud asustadiza”. La calidad fisiológica y psicológica de la población como otra cuestión clave. Una semana después, el general de brigada Pedro Rafael Jándula tuvo a su cargo “El frente interior. Su significado y medios de defensa”. Insistió sobre la idea de la preparación de todas las actividades de la nación al servicio de la guerra, esto es, la movilidad total”. La séptima clase fue del ingeniero Juan L Albertoni, que disertó sobre “Posibilidades argentinas. El aprovechamiento racional de sus fuentes naturales y minerales de riqueza. Organización y multiplicación de las mismas”. Si bien destacó una perspectiva excelente respecto a esos recursos, advirtió sobre una deficiente preparación “del material humano”, considerando urgente la preparación de obreros técnicos y especializados.
El 9 de setiembre el doctor Alfredo Schaffroth desarrolló la cuestión de “Las finanzas de paz y de guerra.. El punto de partida es que todo plan de defensa debía considerar las finanzas públicas. Tomó como referencia para ello las experiencias de Estados Unidos y Gran Bretaña, pero también se refirió a como se financió la campaña libertadora por los Andes. El 16 del mismo mes, el general de brigada Julio A Sarmiento dictó la clase sobre “Vías y medios de comunicaciones. Su influencia e importancia”.
La penúltima clase la desarrolló el doctor Isidoro Ruiz Moreno quien disertó, el 30 de setiembre, sobre “La economía de paz y de guerra”. Detalló una serie de medidas que podían tomarse en tiempos de paz para la preparación de la defensa nacional.
Finalmente, el curso se cerró el 21 de octubre, y tras unas palabras de Labougle en referencia al éxito alcanzado con la creación de esta cátedra, la clase fue desarrollada por el vicealmirante Marcos A. Zar, con el tema “El poder aéreo. Importancia futura. Paz y guerra”
Como puede notarse, hubo tanto expositores civiles y militares, y dentro de estos, tanto del Ejército como de la Marina. En la resumida mención a cada clase puede verse que en cada una se ampliaron ideas centrales de la conferencia inaugural de Perón. En cada una (como en aquella) el objetivo era concientizar sobre la imperiosidad de la defensa nacional como cuestión indispensable para aspirar a una Argentina soberana