
Sin extraordinarias
Enojado por el fracaso de la ley ómnibus, el presidente de la Nación, Javier Milei, no extendió las sesiones extraordinarias y las culminó el 15 de febrero, fecha de cierre de su última prórroga.
Su decisión sorprendió a propios y extraños, porque en el Senado están los votos para aprobar una reforma a la ley de lavado que pide el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), además de la predisposición a iniciar el debate por pliegos judiciales y diplomáticos. La sesión recién llegará en marzo. En Diputados, no será fácil agilizar los debates porque quedaron heridas abiertas.
DNU, a la espera
Por segunda semana consecutiva, Victoria Villarruel se negó a convocar a una sesión especial pedida por Unión por la Patria para debatir el decreto de necesidad y urgencia 70/23, conocido como mega-decreto porque deroga o reforma más de 300 leyes.
La vicepresidenta no quiere arriesgarse a una derrota, pero sabe que en marzo le será imposible continuar con el recinto cerrado. El problema es que Milei no quiere tampoco que el debate del decreto se inicie en la bicameral de trámite parlamentario, sin antes tener un fallo favorable de la Corte para los capítulos que fueron vetados por la justicia de primera instancia, como el laboral.
Ocurre que mientras el máximo tribunal no se exprese, la tensión en el Congreso crecerá porque la mayoría de la oposición objeta alguno de los fragmentos del DNU y en el parlamento sólo puede aprobarse o vetarse en su totalidad. La discusión está abierta.
Milei da la cara
El presidente filtró a través de sus voceros que al igual que en el acto de asunción, el 10 de diciembre, durante la apertura de sesiones no hablaría en el recinto sino en la calle, ante una multitud que lo espere en la plaza.
Sin embargo, la idea se desactivó cuando sus asesores leyeron el reglamento y supieron que, en este caso, el presidente sí tiene que dirigirse antes la asamblea. Será el 1 de marzo y se esperan varios ataques del economista a la oposición por no haber aprobado la ley ómnibus.
La fusión debe esperar
El PRO y La Libertad Avanza, finalmente, no juntarán sus bloques como sugirieron usinas mediáticas y políticas después del fracaso de la ley ómnibus. El más interesado era Macri, pero con una condición: quedarse con la presidencia de la Cámara baja, que anhela para Cristian Ritondo.
Al retorno de su gira, Milei desactivó ese plan y ratificó a Martín Menem al frente de Diputados. Sabe que Macri no podría imponer un reemplazante porque sería necesario el voto de Unión por la Patria y Cristina Kirchner, en diciembre, ordenó votar solamente figuras de LLA. No parece fácil que cambie de idea.
Lali lo hizo
La pelea pública entre Javier Milei y Lali Espósito llegó al Congreso, donde el presidente, que le reprocha a la cantante cobrar millones para actuar en show municipales, no tuvo quien lo defendiera.
A los esperables reproches de Unión por la Patria se sumaron el de diputadas que avalaron la ley ómnibus, pero se identifican con el colectivo feminista y no se escondieron, como Karina Banfi (UCR) y Silvia Lospennato (PRO). Reclamaron que, en tal caso, se apunte contra los intendentes o gobernadores que gastan de más y no a quienes cobran. El debate promete continuar.