La presión de Macri para controlar el Gobierno  - Política y Medios
06-07-2025 - Edición Nº6365

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

La presión de Macri para controlar el Gobierno 

Aunque Milei no oculta sus chats con el líder del PRO, en La Libertad Avanza desconocen negociaciones para un cogobierno y atribuyen las versiones a presiones de Macri para quedarse con lugares que no se ganó en las urnas.

Por: J.Nye

 

Mauricio Macri vio una oportunidad en el fracaso de Javier Milei con el tratamiento de la ley ómnibus: al día siguiente, empezó a mover sus hilos en el poder para instalar una hipótesis: nada hubiera sido igual si él estaba al comando de la situación. Por lo tanto, entiende el expresidente, la única forma de evitar nuevos reveses que tiene el Gobierno es si le ceden parte del Gabinete. 

Aunque Milei no oculta sus chats con el líder del PRO, en La Libertad Avanza desconocen negociaciones para un cogobierno y atribuyen las versiones a presiones de Macri para quedarse con lugares que no se ganó en las urnas. Lo escucharon pedir desde la jefatura de Gabinete hasta el ministerio de Capital Humano. 

Macri tiene un activo para mostrar: el PRO fue monolítico y votó a favor en general y en particular del proyecto que Milei pidió para gobernar. Inclusive, pusieron el cuerpo en el recinto figuras identificadas con Horacio Rodríguez Larreta, como Diego Santilli, María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato. No había podido coordinar la bancada Patricia Bullrich, quien se disputa con el expresidente el control del partido. 

Durante el debate, Cristian Ritondo, jefe del bloque amarillo, tuvo que aclarar que no eran "ni gobierno ni cogobierno", porque parecían serlo. Los bloques se mezclaron en el recinto y, ante cada conflicto, la sesión tuvo que ser ordenada por alguien del PRO. Las autoridades de LLA, como su jefe Oscar Zago, no tuvieron reacción. 

Fusionar los bloques legislativos no cambiaría demasiado las cosas. De hecho, expondría la debilidad de Milei, con más de 80 votos fijos por sesión, lejos de los 129 necesarios para el quórum. En la votación en particular de la ley ómnibus hubo un piso de 100 votos a favor, que incluyeron a un grupo de radicales y figuras dispuestas a ayudar como Miguel Pichetto y Ricardo López Murphy, del bloque Hacemos Coalición Federal.

Macri los quiere a todos en un interbloque grande comandado por Ritondo, a quien puja por imponer como presidente de la Cámara, en reemplazo de Martín Menem.  No es fácil lograrlo, porque se requiere del voto de la mayoría del cuerpo y Unión por la Patria sólo avala figuras del oficialismo en ese cargo. Es el mandato que dejó Cristina Kirchner.

Tampoco Ritondo, o cualquier PRO que pueda aparecer, tienen garantizado el respaldo del resto de la oposición que frustró varios artículos de la ley ómnibus y obligó al oficialismo a pedir el pase a comisión.  La UCR se dividió en la votación pero no se fracturó. Los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco) querían evitar roces con Milei durante su luna de miel. Le enviaron instrucciones de acordar al presidente del bloque, Rodrigo De Loredo, quien ni siquiera consiguió arrastrar a la mitad de la bancada. 

Los mandatarios radicales consideran que el momento de marcar diferencias es a mediados de año, cuando si no hay repunte económico, la población empezará a castigar al gobierno y a pedirle explicaciones. Chocaron con un grupo díscolo, referenciado en el presidente del partido, Martín Lousteau; y en su antecesor, Gerardo Morales. Se negaron a firmar el dictamen y borraron varios incisos en la votación en particular, que aceleraron el final de la sesión. Facundo Manes y Julio Cobos fueron los más interesados en complicar a Milei. 

Terminada la sesión, De Loredo reunió a su bloque y no hubo grieta. Los 34 diputados coincidieron en que el problema es Miliei y sus ataques al partido. No vieron chances de una ruptura entre oficialistas y opositores.

En la división de aguas que trazó la Casa Rosada, el resto de la oposición quedó del lado de los malos. La Coalición Cívica y el bloque de Córdoba bloquearon la mayor parte de la ley. Por diferentes razones rechazaron las facultades delegadas: Elisa Carrió jamás las avaló; el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, sólo estaba dispuesto a avalarla si conseguía algo a cambio. Exige financiamiento para su caja previsional. 

La posición del resto de los partidos provinciales aceleraron el fracaso legislativo de Milei. Salta, Neuquén, Río Negro, Misiones y Santa Cruz resultaron provincias hostiles para el presidente. Sin ellos, el gobierno no tendrá mayoría en el Senado.  Macri sabe de estas debilidades y explora un acuerdo con el presidente para marcarle la cancha. Por ahora, nadie le responde. Seguirá intentándolo. 
 

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