
Por Patricio Ballesteros Ledesma
Por primera vez desde conocerse el resultado de las PASO, ayer el Presidente Alberto Fernández hizo su reaparición pública en Neuquén para entregar la llave de la unidad habitacional 125.000 adjudicada durante su gestión del Plan Nacional de Vivienda, la política pública de largo plazo que el Gobierno retomó al iniciar su mandato y con la que pretendía cambiarle la vida a muchas familias sin una casa digna. Como una de sus mayores apuestas a la obra pública y la atención de los sectores más postergados, no es casual que el mandatario haya reaparecido en este contexto.
Durante la entrega de las 279 viviendas de los programas Reconstruir y Casa Propia, que demandaron una inversión estatal conjunta de $4.510 millones, el titular del Ejecutivo calificó el acceso a la vivienda como un derecho humano en el siglo XXI. El Plan Nacional de Suelo, Casa Propia, el Procrear, el Programa Reconstruir, Fonavi son todas líneas orientadas a facilitar la financiación de la compra de viviendas nuevas o los materiales para la construcción en terrenos propios, créditos para el acceso a lotes con servicios y/o para construir, costeo para reparar o ampliar las casas existentes y que en muchos casos implica la mano de obra de los propios adjudicatarios.
Pero además de la importancia que significa para cada nueva familia recibir la llave que le abre la puerta a una vida más digna, la inversión pública, y en particular en obras de construcción de viviendas, dinamiza la actividad económica en muchos otros sectores y genera puestos de trabajo genuinos en todo el territorio nacional. La UOCRA, el sindicato que agrupa a los obreros de la construcción, experimentó un salto de 220.000 a 450.000 trabajadores registrados desde el inicio de la gestión del actual Gobierno nacional y además creció la producción y empleo en los proveedores de materiales que incrementaron sus despachos.
Todo se enmarca en el Programa Federal Casa Propia con el que esta administración tenía el objetivo de generar 264.000 soluciones habitacionales en todo el territorio nacional durante el trienio 2021/2023. Si bien ahora se entregó la vivienda 125.000 terminada, hay otras 140.000 en construcción a lo largo y ancho del país.
Por ejemplo, el 18 de julio pasado se abrió la inscripción al programa Procrear II y Procrear Destino Joven 2023, una nueva iniciativa que en la última edición, en la que se sortearon 600 viviendas, hubo récord de anotados. El próximo 21 de septiembre se realizará el sorteo de los créditos hipotecarios para la compra de viviendas nuevas en uno de los desarrollos urbanísticos del programa.
Dentro de los múltiples subprogramas del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, Casa Activa está en desarrollo con PAMI en 23 provincias y 40 municipios de Buenos Aires, con 3.200 viviendas distribuidas en 100 complejos habitacionales que se encuentran aún en construcción en terrenos cedidos por cada municipio. Luego, por medio de cada administración local, las personas afiliadas mayores de 60 años podrán inscribirse para poder acceder a las viviendas a través de un comodato. Es la primera política pública habitacional en la región, que impulsa un programa para personas adultas mayores, con el objetivo de potenciar su desarrollo humano desde una mirada solidaria, colaborativa e innovadora.
Resulta interesante linkear esta noticia con los avances de las condiciones habitacionales de la población extraídos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022, cuyos resultados provisionales continúa difundiendo el INDEC. En mayo último en particular publicó los indicadores de las viviendas particulares ocupadas para los niveles nacional, provincial y por departamento, partido o comuna. Allí, en forma gráfica y sintética, se puede ver cuál es el estado de situación macro y micro de todo el territorio y, por lo tanto, dimensionar la importancia de las políticas públicas en esta materia, los avances en cada región y lo mucho que falta por hacer.
Es sabido que no se puede cambiar lo que no se conoce, pero a nivel estatal es imprescindible conocer en forma cuanti y cualitativa las condiciones de vida de la sociedad, como paso previo a tomar medidas o elaborar políticas tendientes a mejorarla. “El acceso a una vivienda adecuada es reconocido en la normativa internacional de los derechos humanos como elemento integrante del derecho a un nivel de vida apropiado. En este sentido, la información censal contribuye tanto a describir y evaluar la realidad como a detectar las principales necesidades sobre las que implementar soluciones a futuro”, señala el instituto oficial en el trabajo.
En tiempos de campaña electoral en que se debate todo, pero incluso temas irrealizables o inverosímiles, con candidatos que en un menos es más irreductible proponen dar de baja a ministerios, eliminar necesarias instituciones de ciencia y tecnología y marginar aún más a los más desplazados del sistema, volver a tomar conciencia de las necesidades insatisfechas de la sociedad es más responsabilidad que un desafío. El candidato de UP Juan Grabois, que centraba su campaña en las 3T; tierra, techo y trabajo, no ganó la interna pero le acercó a su eventual rival las propuestas de su espacio para que el candidato y a la vez ministro de Economía Sergio Massa las tenga presentes.
Esos dos primeros conceptos, los de tierra y techo, no están en boca de casi ninguno de los aspirantes a ocupar el sillón de Rivadavia, sin embargo son fundamentales para avanzar hacia una sociedad más justa y tienen que ver, sino con derechos humanos, con las bases primordiales para el desarrollo de las personas y las familias en cualquier nación.
A diferencia de lo que ocurrió en otros países, como en Estados Unidos, en donde se distribuyó la tierra en pequeñas parcelas para que miles granjeros pudieran tener su lugar en el territorio y vivir de sus producciones, en la proto Argentina menos de 300 privilegiados se repartieron millones de hectáreas en todo el país, barrieron con los habitantes originarios y establecieron enormes latifundios como ejes de sus dominios.
Esa es la historia, pero sin necesidad de irse tan atrás para reparar lo irreparable, en la actualidad existen millones de hectáreas, y no necesariamente con aptitud productiva, que permitirían expandir los planes de vivienda actuales y llevarlos a otro nivel. Los datos estadísticos actualizados permiten observar no sólo lo que hay sino proyectar lo que podría haber como mejora, como transformación positiva de la realidad existente y con una mayor inclusión social.